A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. (Hechos 11:26).
En las páginas de la vieja Biblia de mi madre está escrito este pensamiento: «Soy lo que soy, por ser quien soy; si dejara de ser quien soy, dejaría de ser lo que soy». Parece un trabalenguas, pero este juego de palabras encierra la esencia del cristianismo: «Soy diferente porque soy cristiana, si dejara de ser cristiana, me convertiría en una mujer más. Una del montón. ¡Soy especial, porque Cristo me hace especial!. ¿Te consideras especial? ¿Sientes que Cristo ha transformado tu vida?
Luxemburgo es un país situado entre Francia, Alemania y Bélgica. Aunque pudiera verse afectado por sus vecinos gigantes, ha sabido forjar una fuerte personalidad, paradigma fiel de su lema nacional: «Queremos seguir siendo lo que somos». Este coloso de la dignidad ha llegado a ser considerado uno de los países de mayor calidad de vida del mundo.
Somos propensas a caer en el vacío del fracaso que nos impide llegar a las alturas del triunfo. En este precipicio de la derrota se alzan las poderosas rejas que, como laberintos, intentan hacernos presa de la monotonía y el conformismo. Alii nuestro yo se eleva tanto que llegamos a creer que por nuestros propios méritos podemos ser grandes y poderosas, inexpugnables, pero cada paso que damos nos hunde más en el profundo mundo de la envidia, la arrogancia y la superioridad.
Aunque estas imponentes murallas se aleen a nuestro alrededor tratando de ahogarnos, nosotras podemos elevarnos hasta las alturas más sublimes si escribimos la historia como Luxemburgo. Atrévete a decir: «Quiero seguir siendo lo que soy; una mujer cristiana, una hija de Dios». Entonces nada ni nadie podrá opacar el brillo que emane de tu vida, porque serás un resplandor de la luz celestial. ¿Cuál es el secreto de la victoria? Asegurarse cada día de caminar con Jesús.
Disfruta de que te llamen cristiana. En Antioquia se llamó así a los que se parecían a Jesús. ¿Hay algo más hermoso que ser comparada con Jesús? Alza tu voz cada día y exclama: «Señor, yo quiero seguir siendo quien soy: tu hija».
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
En las páginas de la vieja Biblia de mi madre está escrito este pensamiento: «Soy lo que soy, por ser quien soy; si dejara de ser quien soy, dejaría de ser lo que soy». Parece un trabalenguas, pero este juego de palabras encierra la esencia del cristianismo: «Soy diferente porque soy cristiana, si dejara de ser cristiana, me convertiría en una mujer más. Una del montón. ¡Soy especial, porque Cristo me hace especial!. ¿Te consideras especial? ¿Sientes que Cristo ha transformado tu vida?
Luxemburgo es un país situado entre Francia, Alemania y Bélgica. Aunque pudiera verse afectado por sus vecinos gigantes, ha sabido forjar una fuerte personalidad, paradigma fiel de su lema nacional: «Queremos seguir siendo lo que somos». Este coloso de la dignidad ha llegado a ser considerado uno de los países de mayor calidad de vida del mundo.
Somos propensas a caer en el vacío del fracaso que nos impide llegar a las alturas del triunfo. En este precipicio de la derrota se alzan las poderosas rejas que, como laberintos, intentan hacernos presa de la monotonía y el conformismo. Alii nuestro yo se eleva tanto que llegamos a creer que por nuestros propios méritos podemos ser grandes y poderosas, inexpugnables, pero cada paso que damos nos hunde más en el profundo mundo de la envidia, la arrogancia y la superioridad.
Aunque estas imponentes murallas se aleen a nuestro alrededor tratando de ahogarnos, nosotras podemos elevarnos hasta las alturas más sublimes si escribimos la historia como Luxemburgo. Atrévete a decir: «Quiero seguir siendo lo que soy; una mujer cristiana, una hija de Dios». Entonces nada ni nadie podrá opacar el brillo que emane de tu vida, porque serás un resplandor de la luz celestial. ¿Cuál es el secreto de la victoria? Asegurarse cada día de caminar con Jesús.
Disfruta de que te llamen cristiana. En Antioquia se llamó así a los que se parecían a Jesús. ¿Hay algo más hermoso que ser comparada con Jesús? Alza tu voz cada día y exclama: «Señor, yo quiero seguir siendo quien soy: tu hija».
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera