lunes, 14 de diciembre de 2009

MI VOZ ES DE DIOS

En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido (1 Crónicas 29: 14).

Desde niña, cantar ópera había sido uno de mis sueños más ¡mensos, ¡pero ahora se hacía realidad! Dentro del VI Festival Internacional Primavera Potosina, tendría lugar el V Concurso Internacional de Canto Operístico Oralia Domínguez. Tomaba clases de canto con el maestro David Ramírez, que un día me dijo: «¡Tienes que participar en este concurso de ópera!»
Ahora debía aprender seis arias de ópera en distintos idiomas. Un gran reto, ¡pero me encantaba! Me dirigí a la ciudad de San Luis Potosí, México, para participar en el evento. Lo más emocionante era que los jurados eran personalidades del mundo operístico: el bajo buffo Mario Bertolino de la Metropolitan Opera House de Nueva York, Ramón Calzadilla del Instituto Superior de Arte de Cuba, Julio García del Instituto Nacional de Bellas Artes de México, Arthur Hammond de la Ópera Real de Inglaterra, Johanna Peters de la Guildhall School of Music de Londres, y Ramiro II Hernández Álvarez, organizador del concurso.
Los ganadores cantarían acompañados de la Orquesta Filarmónica de México, dirigida por el maestro Benjamín Juárez. ¡El jurado me dio el segundo lugar! Entonces sucedió lo inesperado. La orquesta que tocaría la noche siguiente, que era viernes, traía consigo a dos violinistas adventistas, quienes pidieron que se cambiara el concierto al jueves, así que cambiaron el concierto de ópera al viernes. ¡Allí empezó mi lucha! Si Dios me condujo hasta este lugar y me ayudó a ganar el segundo lugar, ¿por qué permitía que sucediera eso? Por todos los medios traté de encontrar una excusa para no cantar esa noche. Mario Bertolino me dio una clase maestra y, al saber el problema, me dijo: «Dios te dio la voz y cantes lo que cantes, vas a alabarlo».
El Espíritu Santo por fin me hizo entrar en razón y me convencí que debía mi don a Dios y no al mundo. Hablé con el organizador y al explicarle por qué no cantaría, me dijo: «Me alegra que todavía haya personas que tienen valores y pueden defenderlos». ¡Dios cambió la lucha en testimonio! Si te encuentras en una situación similar, ¡no dudes en ser fiel al Señor! Todo lo que tenemos lo hemos recibido de Dios y lo debemos solamente a él. ¡Honra a Dios con tus talentos!

Sara Laura Ortiz de Murillo
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

EL TIEMPO Y LA VIDA

Nuestros días sobre la tierra son sólo una sombra sin esperanza. 1 Crónicas 29: 1, NVI
  • Para saber el valor de un año, pregúntale a un estudiante que tiene que repetir curso.
  • Para saber el valor de un mes, pregúntale a la mamá de un bebé prematuro.
  • Para saber el valor de una semana, pregúntale al redactor de un semanario.
  • Para saber el valor de un día, pregúntale a una familia que ha perdido a un ser querido.
  • Para saber el valor de una hora, pregúntales a unos niños que esperan a abrir los regalos de Navidad.
  • Para saber el valor de un minuto, pregúntale a una persona que acaba de perder el avión.
  • Para saber el valor de un segundo, pregúntale al conductor que acaba de evitar un accidente.
  • Para saber el valor de un milisegundo, pregúntale a la persona que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos.
El tiempo es el recurso más valioso de que disponemos. Nos pasamos la vida trabajando duro para acumular dinero, pero en comparación con el tiempo, el dinero no importa mucho. El dinero siempre se puede sustituir. Si lo usas, lo pierdes o lo malgastas, puedes acumular más. Pero una vez que el tiempo ha pasado, jamás puede ser devuelto. Dios quiere que aprovechemos al máximo el tiempo que nos dio por que pasa muy deprisa. También quiere que vivamos de manera que cuando lleguemos al fin de la vida podamos mirar atrás y no arrepentimos de nada. Cuando devolvemos el diezmo y las ofrendas a Dios, él siempre nos devuelve más de lo que entregamos. Con el tiempo sucede lo mismo. Si le dedicamos el día de sábado al completo y reservamos tiempo para orar, estudiar la Biblia y dar testimonio los otros días de la semana, él verá que no somos tacaños. Si ponemos a Dios en primer lugar, siempre tendremos tiempo para cualquier cosa que necesitemos.

Tomado de la Matutina el Viaje Increíble

¿QUIÉN CONTRA NOSOTROS?

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Romanos 8: 31.

Durante muchos años se han usado las represas para controlar el agua, cambiar el curso de los ríos, prevenir inundaciones, y almacenar el agua, abundante ni algunas ocasiones para poder irrigar la tierra en tiempos de escasez hídrica. Sin embargo, ni siquiera las represas más modernas construidas en la actualidad pueden detener por completo el flujo del agua dentro de sus cauces, ni impedir su regreso Hn.il a los mares.
La Biblia habla en varios lugares de fuerzas opuestas a nuestros intereses eternos que actúan como corrientes impetuosas, pues tratan de llevar al naufragio nuestra fe y echar a perder los propósitos de Dios para nuestra vida. Así, el profeta Isaías afirma: «Vendrá el enemigo como río» (Isa. 59: 19).
A veces podemos llegar a pensar que nadie podrá detener todo aquello que está en contra nuestra: personas que buscan por todos los medios posibles hacernos daño; pecados que no hemos podido vencer, a pesar de nuestras buenas intenciones, y que nos han hecho caer vez tras vez; desafíos, que, en potencia, pueden desviarnos y hasta afectar de manera temporal los buenos planes que Dios tiene para nuestro éxito. Todas estas cosas se asemejan al río impetuoso del que hablaba el profeta Isaías.
Quizá hemos sido arrastrados por las corrientes pecaminosas de este mundo, por malas decisiones que tomamos, o por errores que cometimos. Si es así, pon todas esas circunstancias en las manos de Dios, pues él puede detener con éxito todas esas fuerzas malignas que no puedes enfrentar por ti mismo. La Biblia señala que el poder de Dios es suficiente para superar tales cosas. Más que suficiente, es infinito. Cuando habla de él, la Palabra de Dios presenta figuras e imágenes extraordinarias para que deposite¬mos nuestra confianza en él. Se dice que es «torre fuerte», «gigante poderoso», «el león de la tribu de Judá». Sí, eso y más es nuestro Dios. ¿Quién podrá sostenerse en pie delante de él?
Los planes que Dios tiene nunca pueden ser derrotados. Él siempre ha salido vic-torioso, y eso es una buena noticia hoy para nosotros. Puedes estar completamente seguro esta mañana que Dios puede enfrentarse con todo lo que te sobrevenga. Con él la victoria es segura. Solo cuida de que tus propósitos sean acordes con los del Señor.

Tomado de la matutina Siempre Gozosos.