«Voy a poner el cuero lanudo de una oveja en el lugar donde se trilla el trigo. Si por la mañana la lana está mojada de rocío, pero la tierra está seca, sabré que de veras vas a usarme para salvar a Israel, como tú mismo has dicho» (Jueces 6:3 7).
Silencio. Es muy temprano aún y estamos caminando hacia el lugar donde se trilla el trigo. Como hemos visto, Dios le pidió a Gedeón que reuniera un ejército para luchar contra los madianitas. Gedeón no quería hacerlo, así que le pidió a Dios un milagro como prueba de que él le haría ganar la batalla. Gedeón puso un trozo de lana en el suelo y le pidió a Dios que cayera rocío del cielo solo en la lana y que el suelo alrededor quedara seco. ¡Tal como se lo pidió Gedeón, así ocurrió! ¡Asombroso!
La lana se saca del pelaje de las ovejas o de otros animales. Los tejedores toman el pelaje, lo enrollan y hacen hilo o estambre que sirve para tejer abrigos o mantos. Algunos de los mantos más finos del mundo están hechos con esos pequeños pelos de oveja.
Mateo 9: 20, 21 narra la historia de una mujer enferma que quena tocar el borde del manto de Jesús. Si él no tenía puesto el manto más fino del mundo, ¿para qué quema ella tocarlo? Ella sabía que si entraba en contacto con el manto de Jesús sería sanada. ¡Qué fe tan grande! ¿Amas tú a Jesús de esa manera? Espero que sí. Él puede hacer de nosotros personas maravillosas si tan solo permanecemos en contacto con él.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush