sábado, 15 de agosto de 2009

ESCUCHA SU VOZ

Ese soy yo, el que habla contigo —le dijo Jesús (S. Juan 4:26).

Cada mañana mi rutina era terrible. Mi camino hasta el centro de la ciudad me hacía llegar fatigada al trabajo, en la tarde recorría una larga distancia para ir a la escuela; así que con los compromisos laborales y educativos tenía poco tiempo para Dios. Debido a esto, mi familia no me tomaba mucho en cuenta para los eventos sociales, ya que se hablan acostumbrado a mis ausencias; además tenía pocos amigos. Uno de esos días que iba de regreso a casa, bastante tarde por cierto, Dios me hizo reflexionar en lo vacía que era una vida como la mía. Aunque trataba de no escuchar, empecé a llorar y le dije: «Tienes razón, mi vida es materialmente vacía, no soy feliz, ayúdame». No fue una oración muy larga, pero sentí que me había quitado Dios un costal de problemas que ya no podía cargar más. Dios me transformó después de una oración sencilla y sincera. Es increíble. Escuchar a Dios es lo más hermoso que ha pasado en mi vida. Si no fuera por él, sé que ahora no sería tan feliz al lado de mi amado esposo y mis dos pequeños hijos. No renuncié a mi carrera ni a mis deseos profesionales, únicamente escuché a Dios por un momento y acepté que él rigiera mi vida. Todas tenemos las mismas oportunidades, Dios nos hace el llamado y la decisión es nuestra. Jesús habló con la mujer Samaritana. Él sabía el momento y el lugar adecuados. Ella se limitó a aceptar su llamado y habló a los samaritanos del Mesías. Muchos de ellos creyeron primero por el testimonio de la mujer, y después porque lograron escuchar la voz de Jesús de manera personal.

Gabriela Carreña Calva
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.

SI NO TIENES ÉXITO A LA PRIMERA

Para el perezoso, el camino está lleno de espinas; para el hombre recto, el camino es amplia calzada. Proverbios 15: 19

La mayoría de la gente no esperaba mucho de Roger Crawford. Había nacido sin manos. En el extremo del brazo derecho salía un dedo de la muñeca. Tenía la pierna izquierda inútil y fue preciso amputarla. Por eso llevaba una pierna ortopédica. Para escribir, Roger tenía que usar ambos brazos para sostener el bolígrafo. Necesitaba mucho tiempo para escribir los deberes. Pero no pedía que hicieran concesiones especiales. Trabajaba el doble de duro que los demás. A Roger le encantaban los deportes. A la edad de doce años entró al equipo de fútbol. Uno de sus recuerdos favoritos era el día en que atrapó la pelota y corrió para hacer un touchdown. A diez yardas de la línea de meta, Roger sintió que un oponente lo agarraba por el pie. Roger siguió corriendo y dejó atrás la pierna. Cruzó la línea a la pata coja y anotó el tanto mientras el jugador del otro equipo estaba sentado en el césped con la pierna ortopédica de Roger. Aunque le gustaban distintos deportes, el tenis fue su gran amor. Roger jugaba al tenis en la universidad, y ganaba dos de cada tres partidos. Fue el primer jugador de tenis discapacitado que obtuvo el título de instructor de tenis. Roger aprendió que había pocas cosas que no podía hacer. Pero eso no le impedía dar lo mejor de sí mismo en lo que sí podía hacer. Lo que conseguimos en la vida está determinado por nuestra actitud, no por nuestras capacidades. Las capacidades de Roger eran limitadas, pero su visión positiva y emprendedora de la vida lo ayudó a vencer sus discapacidades. Cuando algo es difícil, ¿abandonas? ¿O acaso sigues intentándolo hasta que lo consigues?

Tomado de la Matutina El viaje Increíble.

PARA ANDAR EN EL TEMOR DEL SEÑOR

El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: «Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos». Deuteronomio 4:10

Cómo podemos andar en el temor del Señor, como decíamos ayer, si nuestra cultura perdió el sentido de su santidad? Esa idea se ha infiltrado también, por desgracia, en algunas iglesias.

Nadie puede temer a Dios sí no tiene un claro concepto de la seriedad del pecado. La tolerancia y el respeto por la libertad de los demás, que es uno de los valores morales de nuestro tiempo, se ha convertido en una debilidad, porque es tolerancia con el mal, no con las personas, y lo mismo puede llegar a ocurrir en muchas de nuestras iglesias. Muchas personas simplemente ignoran la seriedad del pecado. Se ríen de él, como si se tratara de un simple pasatiempo. Otros parecen usar el argumento de que todos lo hacen y que eso es, simplemente, parte de la vida en el mundo del siglo XXI. Otros se justifican diciendo que su pecado no es tan malo comparado con lo que otros hacen.
Para Adán, su pecado era responsabilidad de Dios. Para Eva su pecado no era su problema, sino de la serpiente. Para Abraham su pecado fue una estrategia para resolver un problema. Para Caín su pecado de asesinar a su hermano Abel era un asunto sin importancia. Dios dice que destruirá al hombre por causa de su pecado y que espera con mucha misericordia y paciencia que los hombres se arrepientan. Si no hay arrepentimiento, Dios destruirá al pecador junto con el pecado. Dios se toma muy en serio su trato con el pecado. Tan en serio que envió a su Hijo a morir en una cruz romana. Satanás está trabajando para destruirnos. Cuando no vivimos en el temor de Dios, vamos derechos a caer en las garras de Satanás.
¿Dónde recuperamos el concepto de andar en el temor del Señor? En la Palabra de Dios, escuchándola con reverencia y dándole una alta prioridad en nuestra vida. El temor de Dios será grabado en nosotros solo si la Palabra es plantada en nuestros corazones. Caminar en el temor del Señor es una elección: «Por cuanto aborrecieron la sabiduría y no escogieron el temor de Jehová» (Prov. 1: 29). Debemos adoptar la decisión de temerlo a él. La Palabra de Dios siempre nos llevará a una crisis de decisión entre lo bueno y lo malo, entre la verdad y la mentira.
¿Cuál será tu decisión este día? Hoy tendrás que decidir entre muchas cosas. Decídete por el temor de Dios.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.