Lugar: Inglaterra
Palabra de Dios: 2 Corintios 11:24-27, 1 Tesalonicenses 5:1
Mientras el señor Henry estaba de viaje, un grupo de ladrones lo detuvo.
-Denos su dinero -exigieron.
El señor Henry no tenía alternativa, así que les entrego su billetera y todo lo que contenía. ¿Alguna vez te robaron? ¿Cómo piensas que reaccionarias? Créelo o no, el señor Henry no se molestó ni se enojó. En lugar de ello, estaba agradecido. ¿Por qué podría estar agradecido? Estaba agradecido porque nunca antes lo habían asaltado. Estaba agradecido porque la banda le perdonó la vida. Estaba agradecido porque no llevaba demasiado dinero con él. Y estaba agradecido porque no era el quien estaba robando. ¿No es asombroso?
El apóstol Pablo también paso por momentos difíciles. Menciona algunos de ellos en 2 Corintios 11: “Cinco veces recibí de los judíos los treinta y nueve azotes. Tres veces me golpearon con varas, una vez me apedrearon, tres veces naufragué, y pasé un día y una noche como náufrago en alta mar.
Mi vida ha sido un continuo ir y venir de un sitio a otro; en peligros de ríos, peligros de bandidos, peligros de parte de mis compatriotas, peligros a manos de los gentiles, peligros en la dudad, peligros en el campo, peligros en el mar y peligros de parte de falsos hermanos. He pasado muchos trabajos y fatigas, y muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed, y muchas veces me he quedado en ayunas; he sufrido frío y desnudez”.
Con todas las cosas terribles que le habían ocurrido, Pablo podría haber sido un anciano malhumorado. Pero, en lugar de ello, escribió: “Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”. Siempre podemos encontrar algo por lo cual agradecer.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson