«Los amorreos que vivían en aquellas montañas les salieron al encuentro y los persiguieron como abejas, y los vencieron por completo desde Seir hasta Horma» (Deuteronomio 1:44,NVI).
No hay nada más temible que un enjambre de abejas. Imagínate un montón de abejas persiguiéndote. Hoy vamos a explorar uno de los momentos más tristes de la historia de Israel. Por culpa de su desobediencia, los amorreos bajaron de las montañas como un enjambre de abejas y derrotaron a Israel en la batalla. ¡Duele solo oírlo!
¿Alguna vez has visto un enjambre de abejas? No me estoy refiriendo a veinte o treinta abejas, sino a más de veinte mil o treinta mil. Cuando las abejas se juntan, lo hacen en serio. Una de las funciones de un enjambre de abejas es proteger a su reina. Ella es la líder, la que comenzara una nueva colonia. Si has visto un enjambre de abejas, quizá abras notado que la reina está en el medio.
Cuando Jesús venga otra vez parecerá como un pequeño enjambre de abejas, pero no habrá abejas rodeándolo, sino ángeles. Estos ángeles cantaran de alegría porque tú y yo finalmente iremos al cielo con ellos. Yo huiría de un enjambre de abejas, pero me acercaría corriendo al enjambre celestial. ¿Vas a correr conmigo?
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush