«El Señor las dejará [sus cabezas] completamente calvas» (Isaías 3:17. NVI).
Quiero que paremos un momento de caminar y que te toques la parte de arriba de la cabeza. Pasa tus dedos por la piel de tu cabeza y dime cómo se siente su textura. ¿Es lisa? ¿Es irregular? Cuando me toco la piel de la cabeza me acuerdo de las olas del mar porque mi cabeza es ondulada.
Mi papá es calvo, y la verdad es que está contento porque se le ve muy bien su calva. Él dice: «Dios ha hecho a algunos hombres con una cabeza perfecta, y a los demás les dio cabello». Tal vez tiene razón. Yo tengo cabello, y mi cabeza no es muy lisa que digamos. Mi papá siempre usa un sombrero para proteger su calva del sol. Yo creo que si alguna vez me quedo calvo voy a hacer lo mismo, pero para que nadie pueda ver mi cabeza imperfecta.
Así como mi cabeza es irregular ninguno de nosotros es perfecto. Cada día cometemos muchos errores, pero mi mayor alegría es saber que Jesús nos ama igual. Él nos ama tanto, que a pesar de ser pecadores murió por nosotros.
Usa tu sombrero hoy para proteger tu cabeza del sol, y agradece a Jesús porque llevó una corona de espinas en su cabeza para salvarte.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush