«Sus caballos son más veloces que los leopardos, más salvajes que los lobos del desierto. Sus jinetes galopan en gran número y se lanzan al ataque desde lejos, como el águila se lanza sobre su presa» (Habacuc 1:8).
Debemos tener cuidado ahora, pues estamos en tierra de lobos y ellos cazan después de que se oculta el sol. Nosotros somos un poco grandes para que nos coman, pero no es conveniente que nos atravesemos en su camino. Los lobos viajan y cazan en manadas o grupos de hasta cuarenta individuos. Ese es un buen número de lobos reunidos en un solo lugar.
En Mateo 7: 15 Jesús dice: «Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces». Jesús quería decir que lamentablemente hay personas que enseñan cosas erróneas acerca de Dios. Él los llamó «lobos feroces». Pero nosotros no tenemos por qué tener miedo de los lobos, ya que podemos protegernos de ellos leyendo la Palabra de Dios diariamente. Los versículos que aprendamos nos ayudarán a saber cuándo alguien está diciendo la verdad sobre nuestro Padre celestial. Aprende todo lo que puedas de la Biblia y haz que los lobos salgan corriendo cuando te vean.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush