«Ese día no hará frío ni habrá heladas» (Zacarías 14:6).
Hoy hemos salido muy temprano, aún no ha salido e sol. ¿Oyes ese crujido que suena a cada paso que damos? ¿Sabes qué es? No, no estamos caminando sobre caramelos, lápices ni cereal. Hoy ha habido una helada y estamos caminando sobre una fina capa de hielo. Todo el piso está cubierto, y cuando salga el sol podrás darte cuenta de cuan hermoso se ve, especialmente cuando el sol se refleja en los pequeños cristales de hielo. ¿Sabes de dónde ha salido este hielo? El aire que nos rodea está lleno de pequeñísimas gotas de agua. En algunas partes del mundo, cuando hace frío en la noche y la temperatura llega al punto de congelación, estas pequeñas gotas se congelan y caen al piso formando hermosos cristales de hielo en todas las superficies.
A pesar de lo hermosas que puedan ser las heladas, a los granjeros no les gustan mucho porque pueden dañar sus plantaciones. ¿Por qué algo tan hermoso puede ser tan destructivo? Así es también el pecado. Satanás hace ver el pecado como algo agradable, pero lo cierto es que solo causa problemas y finalmente la muerte. Sigue hoy la única cosa hermosa que puede dar vida, y vida eterna. Esa cosa es, ¡por supuesto!, una persona: ¡Jesús! Él es el hermoso dador de vida.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush