jueves, 19 de mayo de 2011

UN DIOS ALEGRE

Produzca las aguas (y la tierra) seres vivientes. (Génesis 1:20,24).

¿Cómo le imaginas a Dios? Durante la Edad Media Satanás se empeñó en mostrar la imagen de un Dios con el ceño fruncido, siempre enojado por la conducta inapropiada de sus criaturas y presuroso a derramar su ira sobre ellas. En pinturas y esculturas, en el teatro y la literatura, se plasmó esta imagen que no se corresponde en absoluto con el Dios que se encarnó en un niño indefenso, que dejo su reino, su honra y alabanza, para vivir en un mundo que solo le ofreció dolor y sufrimiento. Ese no es el Jesús que lloro o que agonizó en la cruz del Calvario. Ese no es el que lleva las manos y los pies heridos por amor a mí. Mi Dios es alegre y feliz.
¿Te imaginas a Jesús, el Creador supremo, haciendo al avestruz? ¡Que ocurrencia enseñarle a esconder la cabeza bajo la tierra! En estos días leía un libro que contenía datos curiosos sobre los animales. Me admira tanto la forma en que Dios cubrió los mares y la tierra con toda ciase de tamaños, formas, dimensiones, funciones y sonidos. Pensemos por ejemplo en las estrellas de mar, equinodermos de forma simétrica y vivo colorido: las hay pardas, rojas, verdes, negras y anaranjadas. Las gaviotas, aves marinas con exquisita gracia en sus líneas, patas palmeadas y pico corto y fuerte. Los simpáticos delfines, que alcanzan una longitud de hasta tres metros y se alimentan fundamentalmente de peces. A pesar de que poseen entre ciento sesenta y doscientos dientes, son completamente inofensivos para el ser humano. El simpático dromedario, con su montaña a cuestas y su constante rumiar, familiar remoto de hipopótamos, camellos, antílopes y ciervos, cuyos estómagos están divididos en varios compartimentos. Suena interminable la lista de seres creados por ese Dios que puso en cada obra de sus manos alegría, movimiento, sonido y amor.
¿No es todo esto motivo para agradecer y confiar en aquel que todo lo hizo realmente bien? No importa la imagen que tu exterior proyecte, eres bella porque eres creación de Dios. El tomo tiempo para ti. Conserva esa belleza y se feliz.
Dios coloco exquisitos rasgos en ti, descúbrelos.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CAMPAMENTOS PARA DISFRUTAR

Estas cosas os he hablado, para que mi gozo este en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto. Juan 15:11 (La Biblia de las Américas).

Un amigo que trabaja como pastor me invito en cierta ocasión a participar de un campamento de jóvenes adventistas. Para mí era un desafío, ya que tenía la responsabilidad de compartir con ellos los temas espirituales de cada día y a su vez aportar al éxito de estos encuentros juveniles. Era la primera vez que participaba de uno y creo que por eso nunca lo olvide.
Entre las cosas que más me gustaron estuvo la fogata del sábado de noche. Luego de haber buscado entre todos numerosas ramas y troncos para el fuego (ya que estábamos en pleno invierno), nos ubicamos alrededor de la fogata y comenzamos a disfrutar de un programa preparado para la ocasión. Hubo canciones acompañadas con guitarra, chistes sanos, pequeñas obras teatrales. ¡Disfrutamos tanto que la velada se extendió hasta las 2:00 de la mañana!
Cuando termino la fogata y nos dispusimos a descansar, el pastor me dijo en un susurro: "Cuantos jóvenes hoy están ebrios, con todo tipo de diversiones malsanas, y nuestros chicos estuvieron aquí, pasando un buen momento en la compañía de Jesús".
Soy consciente de que los adultos somos culpables en gran medida de presentarles a los jóvenes un cristianismo desabrido y opaco. Se hace énfasis en no asistir a lugares de baile, que se abstengan de todo tipo de bebidas alcohólicas y drogas, pero se ha hecho muy poco para reemplazar con recreaciones cristianas a las "fiestas" organizadas por el diablo. Quizá hemos colocado demasiado énfasis en los "no escuches", "no vayas", "no consumas", pero no le hemos presentado alternativas a nuestros jóvenes.
La vida cristiana, lejos de ser aburrida y sin sabor, está llena de placeres sanos, y brinda a cada hijo de Dios la posibilidad de representar dignamente a su Creador. En la última cena que Jesús mantuvo con sus discípulos en el aposento alto, concluyo sus palabras de esta manera: "Estas cosas os he hablado, para que mi gozo este en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto".
El Señor Jesús desea que tu vida este llena de gozo perfecto, y en este día te extiende la mano para acompañarte y hacerlo realidad.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

A LOS QUE AMAN A DIOS

Y sabemos que a los aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28.

Seguramente este versículo te parece familiar. Es uno de los versículos que consuela a las personas en los momentos de dolor y de prueba. El sentido principal es que nada sucede a los hijos de Dios sin un propósito. Dios sabe por qué permite que el dolor llegue a la vida del cristiano. Pero, el texto no es la simple promesa de que todo dolor tiene un propósito; si te pones a analizar el contenido con detenimiento, notaras que la promesa es solo para los que "aman a Dios".
Si le entregas el corazón a Jesús, te colocas en las manos de un Dios que jamás pierde el control de las cosas. El mundo puede estar cayéndose a pedazos, pero tu vida está segura porque, aunque los hijos de Dios también sufren en esta tierra, el dolor, para ellos, tiene un propósito formativo. Es en el dolor que creces; es en medio de las lágrimas que aprendes a depender de Dios.
Pero, ¿por qué sufren los hijos de Dios? Hay varios motivos. El principal, es que vivimos en un mundo de pecado, en el cual el dolor es como la lluvia o como el sol que, cuando llegan, llegan para justos e injustos. Sin embargo, en el contexto de Romanos 8, los hijos de Dios muchas veces sufren porque no saben lo que es bueno para ellos. Eso es lo que dice el versículo 26: "Y de igual manera el espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".
Esta declaración es dramática: no sabemos pedir lo que debemos. Somos como niños: creemos que una golosina es la cosa más deliciosa del mundo; pero, la mamá sabe que necesitamos comer verdura, y nos la hace comer a la fuerza. Quedamos contrariados; lloramos. Pero un día, cuando el niño crece, no le resta otra cosa sino agradecer a la madre.
Lo mismo sucede con nosotros. Nos engolosinamos con las cosas de esta vida y, si las perdemos, creemos que Dios nos ha abandonado y no nos ama. Pero, el tiempo se encarga de demostrarnos lo engañados que estábamos.
Haz de este un día de confianza en Dios. En primer lugar, entrégale el corazón a Jesús, y después, confía en el aunque las cosas no salgan como tú lo deseas, porque "sabemos que a los aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón