Produzca las aguas (y la tierra) seres vivientes. (Génesis 1:20,24).
¿Cómo le imaginas a Dios? Durante la Edad Media Satanás se empeñó en mostrar la imagen de un Dios con el ceño fruncido, siempre enojado por la conducta inapropiada de sus criaturas y presuroso a derramar su ira sobre ellas. En pinturas y esculturas, en el teatro y la literatura, se plasmó esta imagen que no se corresponde en absoluto con el Dios que se encarnó en un niño indefenso, que dejo su reino, su honra y alabanza, para vivir en un mundo que solo le ofreció dolor y sufrimiento. Ese no es el Jesús que lloro o que agonizó en la cruz del Calvario. Ese no es el que lleva las manos y los pies heridos por amor a mí. Mi Dios es alegre y feliz.
¿Te imaginas a Jesús, el Creador supremo, haciendo al avestruz? ¡Que ocurrencia enseñarle a esconder la cabeza bajo la tierra! En estos días leía un libro que contenía datos curiosos sobre los animales. Me admira tanto la forma en que Dios cubrió los mares y la tierra con toda ciase de tamaños, formas, dimensiones, funciones y sonidos. Pensemos por ejemplo en las estrellas de mar, equinodermos de forma simétrica y vivo colorido: las hay pardas, rojas, verdes, negras y anaranjadas. Las gaviotas, aves marinas con exquisita gracia en sus líneas, patas palmeadas y pico corto y fuerte. Los simpáticos delfines, que alcanzan una longitud de hasta tres metros y se alimentan fundamentalmente de peces. A pesar de que poseen entre ciento sesenta y doscientos dientes, son completamente inofensivos para el ser humano. El simpático dromedario, con su montaña a cuestas y su constante rumiar, familiar remoto de hipopótamos, camellos, antílopes y ciervos, cuyos estómagos están divididos en varios compartimentos. Suena interminable la lista de seres creados por ese Dios que puso en cada obra de sus manos alegría, movimiento, sonido y amor.
¿No es todo esto motivo para agradecer y confiar en aquel que todo lo hizo realmente bien? No importa la imagen que tu exterior proyecte, eres bella porque eres creación de Dios. El tomo tiempo para ti. Conserva esa belleza y se feliz.
Dios coloco exquisitos rasgos en ti, descúbrelos.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera
¿Cómo le imaginas a Dios? Durante la Edad Media Satanás se empeñó en mostrar la imagen de un Dios con el ceño fruncido, siempre enojado por la conducta inapropiada de sus criaturas y presuroso a derramar su ira sobre ellas. En pinturas y esculturas, en el teatro y la literatura, se plasmó esta imagen que no se corresponde en absoluto con el Dios que se encarnó en un niño indefenso, que dejo su reino, su honra y alabanza, para vivir en un mundo que solo le ofreció dolor y sufrimiento. Ese no es el Jesús que lloro o que agonizó en la cruz del Calvario. Ese no es el que lleva las manos y los pies heridos por amor a mí. Mi Dios es alegre y feliz.
¿Te imaginas a Jesús, el Creador supremo, haciendo al avestruz? ¡Que ocurrencia enseñarle a esconder la cabeza bajo la tierra! En estos días leía un libro que contenía datos curiosos sobre los animales. Me admira tanto la forma en que Dios cubrió los mares y la tierra con toda ciase de tamaños, formas, dimensiones, funciones y sonidos. Pensemos por ejemplo en las estrellas de mar, equinodermos de forma simétrica y vivo colorido: las hay pardas, rojas, verdes, negras y anaranjadas. Las gaviotas, aves marinas con exquisita gracia en sus líneas, patas palmeadas y pico corto y fuerte. Los simpáticos delfines, que alcanzan una longitud de hasta tres metros y se alimentan fundamentalmente de peces. A pesar de que poseen entre ciento sesenta y doscientos dientes, son completamente inofensivos para el ser humano. El simpático dromedario, con su montaña a cuestas y su constante rumiar, familiar remoto de hipopótamos, camellos, antílopes y ciervos, cuyos estómagos están divididos en varios compartimentos. Suena interminable la lista de seres creados por ese Dios que puso en cada obra de sus manos alegría, movimiento, sonido y amor.
¿No es todo esto motivo para agradecer y confiar en aquel que todo lo hizo realmente bien? No importa la imagen que tu exterior proyecte, eres bella porque eres creación de Dios. El tomo tiempo para ti. Conserva esa belleza y se feliz.
Dios coloco exquisitos rasgos en ti, descúbrelos.
Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera