«Entonces les mandó que hicieran sentar a la gente en grupos sobre la hierba verde» (Marcos 6:39).
La multitud que seguía a Jesús subió a una colina y Jesús los invitó a sentarse en la hierba. Estoy seguro de que era un hermoso día.
¡Es tan agradable sentarse sobre la hierba verde durante el verano! ¿Verdad? ¿Alguna vez te has preguntado por qué la hierba es verde? ¿Por qué deja esas manchas en tu ropa cuando te deslizas sobre ella? Es por la clorofila.
La clorofila es un químico que se encuentra en las células de las plantas que convierte la luz solar en energía. Esto es asombroso, ¿verdad? Dios le dio a la hierba la capacidad de poder absorber la luz del sol y convertirla en su alimento. ¡Qué Dios tan maravilloso tenemos!
Cuando nosotros absorbemos la luz y el amor de Dios, él puede darnos el alimento espiritual que necesitamos. Él puede darnos la energía para hacer las cosas correctas, ayudar a los que nos rodean y hablarles de cuánto los ama Jesús.
Dios es el mayor dador de energía. Él da a las plantas todo lo que necesitan para crecer y nos da a nosotros todo lo que necesitamos para convertirnos en niños y niñas enérgicos para él.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush