«Después comió y recobró las fuerzas, y se quedó algunos días con los creyentes que vivían en Damasco» (Hechos 9:19).
Hablemos un poco sobre la comida ideal para ir de excursión. ¿Qué comida llevarías en tu mochila para una caminata? ¿Tal vez sopas instantáneas, o frutas secas, o barras energizantes? ¿Qué? ¿No te suena muy bien? ¿Cuál es tu comida favorita? ¿Pasta? ¿Palomitas de maíz? ¿Frutillas frescas? Sea cual fuere, me imagino que te sientes feliz tras comerlas. Te dan fuerzas, ¿verdad?
El versículo de hoy nos habla de Saulo, quien más tarde se convirtió en Pablo. Él estaba débil debido a su encuentro con Dios. De hecho, cuando esto ocurrió él iba a matar a algunos cristianos. Su encuentro con Dios prácticamente le quitó las fuerzas. Sin embargo, después de otros encuentros con Dios, descansar y alimentarse bien, recuperó sus energías y ahora era un hombre renovado.
La comida nos da las vitaminas, minerales y otros nutrientes que necesitamos para que nuestro cuerpo funcione correctamente. Y permanecer cerca de Dios te da todo lo que necesitas para ser un cristiano fuerte y saludable espiritualmente. Así que no olvides hoy obtener tu alimento espiritual de la Palabra de Dios y hacerte fuerte en él.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush