«Y en todas las paredes interiores y exteriores del templo labró figuras de seres alados, palmeras y flores» (1 Reyes 6:29).
Seguimos observando el templo. ¡Qué hermoso es este lugar! No solo hay calabazas talladas en las paredes, sino también ángeles, flores y palmeras. ¿Te gustan las palmeras? Son realmente hermosas. A mí me gusta mucho cómo se ven sus hojas, y también el helado de coco. Sí, los cocos son los frutos de un tipo de palmera.
Pero las palmeras sirven para muchas cosas. ¿Estás listo para lo que te voy a decir? Las palmeras dan sombra, alimento, madera para construir; combustible para hacer fuego, fibra para hacer ropa, almidón para cocinar; aceite, cera, jabón, azúcar, escobas, sombreros, alfombras, vinagre y bebidas con sabor a frutas. Las palmeras viven y crecen en todo el mundo, principalmente en climas cálidos, y la gente las usa para todas esas cosas y más. ¿Qué sería de nosotros sin las palmeras?
Así como las palmeras son todo para quienes las usan, Dios también es «nuestro todo». Él es nuestro Padre, nuestro Protector; nuestro Guía, nuestra conciencia, nuestro Hermano mayor; nuestro Salvador, nuestro Sanador y muchas cosas más. Él es en realidad nuestro todo. Pídele que entre en tu corazón y fíjate en la manera maravillosa en que cuida todo.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush