Lugar: Holanda
Palabra de Dios: Salmo 103:15-17
Hace unos 10 años, visité Bloemenveiling Aalsmeer, el lugar de la mayor subasta de flores en todo el mundo. La subasta de flores se lleva a cabo de la siguiente manera. Luego de que alguien trae algunas flores a la sala, un aparato parecido a un reloj comienza a marcar desde 100 y va bajando a 99, 98, 97, y así sucesivamente. El comprador detiene el reloj cuando marca lo que está dispuesto a pagar. La subasta se realiza cinco veces por semana, desde las 6:30 de la mañana hasta que se acaban todas las flores.
Aunque las estadísticas pueden haber cambiado, en ese entonces esta subasta vendía casi 14 millones de flores por día. Eso sumaba 3,5 mil millones de flores por año. Las flores más caras eran las rosas, que venían en 200 variedades, y los compradores compraban más de mil millones de ellas cada año. En segundo lugar, venían los tulipanes, con 385 millones; y les seguían los claveles, con 285 millones.
Esas son muchas flores. No puedo imaginarme de dónde venían todas ellas, y cómo parecía que nunca se terminaban. Y, por supuesto, las flores no duran para siempre. Una vez que se las corta, mueren en una semana, aproximadamente.
La Biblia nos compara con una flor. "El hombre es como la hierba, sus días florecen como la flor del campo: sacudida por el viento, desaparece sin dejar rastro alguno". ¡Qué triste! Pero, Dios continúa diciendo: "Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen" En otras palabras, aunque parezca que no somos muy importantes, al igual que una flor en un ramo, que vive y se muere, Dios nos ama a todos eternamente.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson