Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4: 13).
La depresión se ha incrementando a nivel mundial a partir de la década de los ochenta y afecta principalmente a las mujeres. Este padecimiento incluye el «ataque de pánico», cuando determinadas cosas te dan miedo, por ejemplo, salir a la calle, morir o escuchar todo lo relacionado con la palabra muerte. También está la angustia, esto provoca en tu cuerpo el no poder respirar adecuadamente debido al problema que afrontas. Lo que debes hacer en ese momento es tranquilizarte y buscar primeramente la ayuda de Dios, que te da paz y serenidad. Te aseguro que acudirá en tu ayuda. El libro de los Salmo está lleno de hermosas promesas que te pueden ayudar. He aquí algunas de ellas: «¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré» (Sal. 43: 5). «Escucha, oh Dios, mi oración; presta oído a las palabras de mi boca [...] Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene» (Sal. 54: 2, 4). «Escucha, oh Dios, mi oración; no pases por alto mi súplica. ¡Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban!» (Sal. 55: 1, 2). «Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo» (Sal. 56: 3, 4). «Ten compasión de mí, oh Dios; ten compasión de mí, que en ti confío. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro» (Sal. 57: 1). Te invito a que leas el libro de los Salmo y subrayes los textos que te fortalezcan. Léelos cada día hasta que se hagan una realidad en tu vida.
María Elena Ortiz Rocha
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor