martes, 7 de mayo de 2013

EL HOMBRE PALOMA

Lugar: Arabia Saudita 
Palabra de Dios: Isaías 58:11

El Desierto de Arabia cubre una extensión de 1,6 millones de kilómetros cuadrados. Una gran porción de él se encuentra en Arabia Saudita, pero también se extiende hacia países vecinos. Viajar por el desierto puede ser una tarea difícil, y la gente a veces se confunde y pierde el camino.
Hace una cantidad de años, un hombre trabajaba como guía en el Desierto de Arabia. Tenía buena reputación de nunca perderse. La gente lo llamaba "el hombre paloma", porque siempre llevaba consigo una compañera especial: una paloma mensajera con una cuerda atada a su pata. El ave era el secreto de su éxito.
Cada vez que el guía estaba en dudas respecto del camino a seguir, arrojaba al aire la paloma mensajera. El ave tiraba del hombre, mientras trataba de volar hacia su hogar. El dueño, simplemente, seguía su dirección.
En tiempos del Antiguo Testamento, Dios dio a los israelitas un guía muy confiable. Los sacó de Egipto y, mientras viajaban a través del desierto, envió una columna de nube durante el día y un pilar de fuego a la noche, para dirigirlos por donde debían ir y cuando debían hacerlo. Durante los cuarenta años que pasaron en el desierto, ni una sola vez se perdieron.
Ese mismo Dios quiere guiarte por el camino correcto. En lugar de una columna de nube o un pilar de fuego, ha provisto otros medios. Por ejemplo, nos ha dado la Biblia, el Espíritu Santo, nuestros padres y los maestros. Pero, no te obliga a hacer nada; tú puedes elegir. Pero sigue la conducción de Dios, y nunca te perderás.
"El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan".

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

SEIS COSAS QUE DIOS ABORRECE - CUARTA PARTE

El corazón que hace planes perversos. Proverbios 6:18.

El corazón perverso pertenece a una persona que permite que la impureza, la deshonestidad, el engaño y toda clase de maldades sean dominantes en su vida, y controlen sus pensamientos y sus actitudes. La perversidad es la maldad en grado superlativo.
Ese tipo de maldad al que llamamos perversidad nos conduce a realizar actos corruptos y sentirnos satisfechos con ellos, a vivir disfrutando del vicio y la depravación. Para mucha gente es difícil entender cómo una persona puede llegar a una condición de depravación, sin embargo, esto es posible cuando nos dejamos ir descendiendo por la escala de los valores y las virtudes humanas hasta que la voluntad se deforma y la persona queda presa de sus deseos y caprichos.
Este proceso de degradación puede ser tan sutil que una persona podría no llegar a darse cuenta de que poco a poco va degenerándose hasta que es ya demasiado tarde para él, pues no es capaz de disfrutar del bien y de aspirar a las cosas buenas de la vida. De hecho, así sucede. Someter nuestra voluntad a la de Dios nos ayudará a conservar nuestra limpieza de manos e integridad de corazón.
Alejar la boca de la perversidad y apartar los labios de las palabras corruptas; fijar la vista en lo que está delante, en todo lo bueno y de provecho. Enderezar las sendas torcidas y no desviarse ni a la derecha ni a la izquierda, son los consejos del proverbista para el que desea alejarse de toda perversidad. Por lo tanto, «pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti. Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos. No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad» (Prov. 4: 25-27).
Hoy, cuando lo malo y lo bueno parecen juguetear, cuando la impureza ha tomado el lugar de lo santo y puro; cuando el mundo llama «preferencias de vida» a las conductas depravadas y corruptas, nosotras, las hijas de Dios, hemos de hacer todo el esfuerzo posible para que en nuestra vida y en nuestros hogares toda acción esté regida por un «así dice el Señor».
La amonestación para hoy de parte de Dios es: «Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida» (Fil. 2: 14-16).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

¿ALGUIEN SABE DÓNDE QUEDÓ MI MANO?

No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2).

Según dicen los neurólogos, existe en nuestro cerebro un mapa de nuestro cuerpo. El cerebro procesa la información procedente de los estímulos de cada uno de los diversos lugares de la superficie de nuestro cuerpo, digamos una mano, un pie o los labios, en una región distinta para cada uno de ellos. Wilder Penfield desarrolló en la década de los cincuenta y los sesenta un mapa que identifica las regiones del cerebro que están vinculadas con cada una de las partes del cuerpo.
Hasta tiempos recientes, los neurólogos habían sostenido de forma dogmática que el circuito interno de nuestro cerebro no puede ser modificado una vez que queda establecido durante el desarrollo fetal o muy temprano en la vida del bebé. Es decir, de acuerdo con esta idea, el mapa del cerebro no puede cambiar. Los científicos han empezado a encontrar evidencias, sin embargo, de que realmente el cerebro adulto puede desarrollar nuevos sistemas de conexiones; es decir, puede cambiar.
Tom es un ejemplo de este fenómeno. El doctor Ramachandran lo había invitado a su laboratorio para realizar unos experimentos. Tom habla perdido un brazo en un accidente, sin embargo, sentía comezón en la extremidad fantasma. Ramachandran le vendó los ojos y empezó a tocar diferentes partes de su cuerpo con un bastoncillo de algodón preguntándole qué sentía y dónde. Cuando Ramachandran le tocó la mejilla algo curioso ocurrió. Tom le dijo que sentía que le tocaban la mejilla pero que al mismo tiempo le estaban tocando el pulgar del brazo amputado. Cuando tocó los labios, Tom dijo que también sentía que tocaban el dedo índice del brazo amputado. ¡ Y así fueron descubriendo la mano amputada de Tom en la mejilla! ¡Tom estaba emocionado porque ahora sabía donde rascar para calmar la comezón de su brazo fantasma!
Todo esto indica que nuestro cerebro sí puede cambiar. Esto quiere decir que no todo fue establecido cuando nacimos. No sé si alguna vez has sentido la necesidad de que cambie la forma en que miras la vida, enfrentas los problemas o te relacionas con los demás. Si Dios le dio la capacidad a nuestro cerebro para cambiar, imagínate los milagros que puede realizar en tu favor si le pides que cambie o transforme tu forma de pensar. ¿Por qué no le pides a Dios que empiece a realizar ese milagro hoy? Tiene poder para hacerlo.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LA CREACIÓN

Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Génesis 1:31.

Adán y Eva salieron de las manos de su Creador en la perfección de cada facultad física, mental y espiritual. Dios plantó para ellos un jardín y los rodeó con todo lo hermoso y atrayente para el ojo, y con lo que requerían sus necesidades físicas. Esta pareja santa contemplaba un mundo de una hermosura y gloria sin par. Un Creador benévolo les había dado evidencias de su bondad y amor al proveerles frutas, vegetales y granos, y había hecho que de la tierra brotaran árboles de toda variedad para utilidad y belleza.
La pareja santa contemplaba la naturaleza como un cuadro de hermosura incomparable. La tierra parda estaba revestida con una alfombra de viviente verdor, diversificada con una variedad interminable de flores que se propagaban a sí mismas y se perpetuaban. Arbustos, flores y ondeantes enredaderas deleitaban a los sentidos con su belleza y fragancias. Las muchas variedades de elevados árboles estaban cargados de frutas de toda clase y delicioso sabor, adaptadas para complacer el gusto y los deseos de los felices Adán y Eva. Dios proveyó a nuestros primeros padres este hogar edénico, dándoles evidencias indiscutibles de su gran amor y solicitud por ellos.
Adán fue coronado como rey en el Edén. A él se le dio dominio sobre todo ser viviente que Dios había creado. El Señor bendijo a Adán y a Eva con inteligencia sin igual en la creación animal. Hizo a Adán el soberano legítimo sobre todas las obras de sus manos. Los seres humanos formados a la imagen divina podían contemplar y apreciar las gloriosas obras de Dios en la naturaleza...
La hermosura natural que los rodeaba como un espejo reflejaba la sabiduría, la excelencia y el amor de su Padre celestial. Y sus cantos de afecto y alabanza se elevaron dulce y reverentemente al cielo, armonizando con los cantos de los ángeles excelsos y con las felices aves que gorjeaban su música despreocupadamente. No había enfermedad, decadencia ni muerte. La vida se encontraba dondequiera se posaba la vista. La atmósfera estaba impregnada con vida. La vida estaba en cada hoja, en cada flor y en cada árbol.— Review and Herald, 24 de febrero de 1874.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White