domingo, 29 de mayo de 2016

EL PODER DE JESÚS

Materiales: Polvos de talco o papel higiénico húmedo.

«Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía». Lucas 6:19

Abre tus manos y cuenta cuántos deditos hay. Si no puedes, mami o papi te ayudarán. ¡Muy bien! Hay diez deditos. ¿Ya conocías el número diez?

En la Biblia encontramos la historia de diez hombres que estaban enfermos. Ellos tenían lepra. Coloca un poco de polvo de talco o trocitos de papel higiénico húmedos en tus brazos. Así se veía la lepra. Y todas las personas se alejaban de los leprosos, porque era una enfermedad contagiosa.
Coloca tu brazo al lado del de papá. ¿Ves cómo se le pegó un poco de tu polvo? Así era la lepra, se pegaba a otra persona con facilidad. Por eso aquellos diez hombres estaban tristes, porque no podían ver a sus familias, estaban solos y eran rechazados por la gente, que no quería enfermarse.
Un día oyeron decir que Jesús tenía poder para sanar a los enfermos, así que decidieron ir a verlo. Ellos se pararon a lo lejos y le gritaron: «¡Ayúdanos, Señor!». Jesús escuchó y contestó la petición ¡y los sanó a los diez! ¡Cuán grande es el poder de Jesús! Así como sanó a los diez leprosos también puede sanarte a ti, si estás enfermo y se lo pides con fe.

Oración: Amado Jesús, ayúdame a creer en tu poder.

Tomado de devocionales para preescolares 2016
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco
#ViveYCreceSanamente  #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaPreescolares #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

OJITOS EN ACCIÓN

Tu Oración: Querido Dios, gracias por ayudarme a aprender lo importante que es la vista.

Versículo para hoy: “Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti”. Proverbios 4:25.

¡Cuántas funciones tienen los ojos! Con los dos experimentos de hoy, pondrás a trabajar los ojos que Dios te dio.

Un poquito de ciencia
1. Siéntate frente a un espejo. Mira tus pupilas y observa cómo se dilatan al prender y apagar la luz. Toca tus pestañas y tus párpados una y otra vez. Anota en tu libreta de observaciones lo que pudiste sentir.
2. Que tu mamá coloque delante de ti cinco objetos que conozcas. Luego, cierra los ojos y, sin espiar, trata de mencionar cuáles son.
3. Dibuja tus pies en hojas de papel. Haz varias huellas. Después colócalas en el piso y trata de caminar sobre el rastro con los ojos cerrados. Resulta difícil, ¿verdad?
4. Los ojos son muy importantes. Hay que cuidarlos y comer muy bien para que tu vista sea la mejor.

Tomado de Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch
#PequeñosCientíficosDeDios #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaInfantes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

AGRADECIDO HASTA CUANDO DIOS DICE “NO”

Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos. 2 Samuel 7:22.

La única cosa que David más deseaba hacer era construir una casa para Dios. Era un sueño que había tenido durante mucho tiempo. Con esto en mente, llamó al profeta Natán y le dijo: “Yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas” (2 Samuel 7:2).
Natán sabía que el Rey estaba ansioso por sacar el Arca de la tienda del Tabernáculo y ponerla en un lugar mejor e incluso más elaborado. “Anda, y haz todo lo que está en tu corazón, porque Jehová está contigo”, le respondió a David (vers. 3).
Pero esa misma noche, el Señor le dio a Natán una visión con un mensaje que cambió todo el plan. David había sido un hombre de guerra y había derramado tanta sangre que no podría construir una casa para Dios.
El Señor le prometió estar con él y que tendría un hijo llamado Salomón, que construiría el Templo. Con la garantía del respaldo del Cielo mismo, Dios dijo que el reino de David duraría para siempre. Esto significaba que, aunque los israelitas se rebelaran y el Templo fuera destruido, el reino de David, que se había establecido sobre el amor por el Señor, duraría por toda la eternidad.
A la mañana siguiente, Natán tenía que decirle a David que en realidad no podía construir el Templo. Para una persona que no ama al Señor, esto sería vergonzoso de contar, porque tendría que admitir que cometió un error. Pero Natán, un verdadero hombre de Dios, estaba feliz de poner a un lado su propia opinión y revelar lo que Dios le había dicho.
David, por supuesto, podría haber lloriqueado y pataleado, quejándose de que era injusto que el Señor le negara el cumplimiento de su gran sueño. Construir un templo para el Señor traería honor al Rey y gloria a su gobierno; y ahora tenía que abandonar esa idea. ¿Cómo reaccionó David? Estaba listo y dispuesto a someterse a la voluntad de Dios.
David se regocijaba porque Dios todavía guiaba su vida. Estaba feliz porque Dios lo había llamado de pastor de ovejas a ser rey de Israel.
El texto de hoy forma parte de la oración que elevó David cuando supo que Dios le había negado su deseo.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
#GenialDiosTieneUnPlanParaTi #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMenores #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

EL MENSAJE DEL CARTEL

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos (Isaías 55:8,9).

-Mamá, por favor, ven a ayudarme con esto -llamó Cintia desde su habitación.
-Dentro de un rato -la mamá le contestó.
Ella estaba en la cocina cargando el lavavajillas, mientras Camila aspiraba las alfombras de la sala.
-¡Necesito ayuda ahora mismo! -se lamentó Cintia—. ¡He terminado de ordenar mi habitación, y quiero colgar este cartel en mi pared ahora mismo!
Camila desconectó la aspiradora y revoleó sus ojos.
-Cintia, ya casi es la puesta del sol -le dijo a su hermana de siete años- Viene gente a cenar, y mamá y yo estamos ocupadas tratando de tener todo limpio. Te ayudaremos más tarde con el cartel.
-¡Pero necesito hacerlo AHORA!
-Ella no lo entiende, ¿verdad? -Camila le preguntó a su mamá-. Ella siempre piensa que todo lo que está haciendo es lo más importante en el mundo, no importa lo que esté pasando. Supongo que esa es la forma en que piensan los niños pequeños. La mamá sonrió.
-No hace mucho tiempo, tú eras así también -le recordó a Camila-, A veces pienso que todos somos un poco así.
-¿Qué quieres decir?
-Piensa en la forma en que a menudo oramos -dijo la mamá, mientras cerraba la puerta del lavavajillas-. Rogamos a Dios por lo que queremos en este momento, y parece igual de importante para nosotros como lo es el cartel de Cintia para ella. No tenemos idea de cuál es el panorama o con qué otros asuntos está lidiando Dios. Tal vez, sí fuésemos un poco más pacientes…

¿Y AHORA?
Piensa en un momento en que tuviste que esperar o recibiste un “No” a algo por lo que oraste. ¿Cómo entiendes hoy esa contestación?

SPLASH:
En St. Louis, Missouri, en 1903, podías aspirar tus alfombras por cuatro dólares contratando a John Ibarman, quien iba de puerta en puerta con un servicio de aspiración tirado a caballo.

Tomado de Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler
#IntensamenteEjercitaTuCerebro #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaAdolescentes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

QUE NADIE CONDICIONE TU CONDUCTA

El evangelio no contiene nada que pueda dejar perplejo a nadie a menos que quiera voluntariamente quedar perplejo. Charles Spurgeon

Un policía de aduanas detiene a un camión que le parece sospechoso y ordena al camionero que salga del vehículo para registrarlo. Inspecciona meticulosamente la mercancía, retira las matrículas, los tapacubos y los parachoques, levanta las alfombrillas y desencaja los asientos, pero no encuentra ni rastro de ningún tipo de contrabando. El agente no tiene más remedio que dejar al camionero continuar su ruta.
Una semana después, el mismo camionero vuelve a atravesar la frontera. El policía, aún con más sospechas, nuevamente lo registra de arriba abajo, pero tampoco encuentra nada ilegal. Durante años se repite la misma escena, pero cada vez el agente utiliza métodos más sofisticados para intentar detener al contrabandista. Siempre con el mismo resultado. Tras toda una vida laboral, el agente va a jubilarse y, en su última guardia, reaparece el camionero: “Sé que usted es contrabandista, pero no sé qué carga transporta, ni dónde la esconde. Voy a jubilarme y le prometo que no haré nada, pero ¿podría decirme qué es lo que ha estado pasando y cómo?”, preguntó el policía. “Camiones”, respondió el contrabandista.
A veces nosotras actuamos como policías de aduanas. Inspeccionamos tanto a la persona que predica, nos complicamos tanto con ciertas doctrinas que finalmente son un misterio, u obligamos tanto al texto bíblico a encajar con nuestros conceptos racionales, que dejamos escapar lo obvio, de tan sencillo que resulta. Corremos así el riesgo de dejar pasar de largo la clave de la salvación. Porque la salvación es muy sencilla: se trata de confiar en Dios. No hacen falta métodos sofisticados de estudio, ni comprar grandes enciclopedias teológicas, ni apuntarse a un curso de griego o hebreo…
Cuando le preguntaron al renombrado teólogo Karl Barth cuál era la verdad más profunda que había aprendido a través de sus estudios teológicos, él contestó: “Sí, Cristo me ama, la Biblia dice así”.* Un simple canto infantil utilizó este erudito, autor de catorce gruesos volúmenes de teología, para remitirse a la esencia de la salvación. Así de sencilla; así de maravillosa. Mantengámosla así de comprensible, sin contaminarla con las filosofías que corren; todo es muy sencillo para quien somete su entendimiento a Dios “porque la oscuridad va pasando y ya brilla la luz verdadera” (1 Juan 2:8).

“Jesús dijo: ‘Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos'” (Mat. 11:25).

En esto creemos (Doral, Florida: APIA; México D. F.: GEMA, 2012), p. 119.

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
#AnteTodoCristiana #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

NO IMPORTA EL LUGAR

“Atiende, pues, Dios mío, y escucha las oraciones que se hagan en este lugar” (2 Crónicas 6:40).

Cada año, millones de personas llevan sus peticiones de oración al famoso Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén. Muchas de estas plegarias son escritas en papelitos, que luego se colocan entre las piedras del muro. Dos veces al año un rabino recoge todos los papelitos y los entierra en el cementerio del Monte de los Olivos. ¿Por qué tanta gente viaja hasta Jerusalén para llevar sus peticiones de oración? Porque se basan en el texto de 2 Crónicas 6:40 que hemos citado arriba. Ellos creen que toda oración que se haga desde el Templo, será respondida. De ahí que estas personas consideran que es indispensable que lleven sus plegarias a lo que queda del destruido Templo de Salomón.
El problema de este tipo de práctica religiosa radica en que atribuye el milagro al lugar y no a Dios. Es innegable que el Señor le prometió a Salomón que escucharía las oraciones hechas desde allí; sin embargo, eso no significa que si una persona ora desde otro lugar, su oración no será atendida. Para escuchar las oraciones de sus hijos, nuestro Creador no está condicionado a un espacio concreto. Matthew Henry hizo una afirmación muy acertada: “Dondequiera que Dios encuentre un corazón que ora, este corazón hallará un Dios que escucha la oración”.
El Señor oyó a Jonás cuando el profeta rebelde estaba en el vientre del pez (Jo- nás 2:1-10). Escuchó a Pedro mientras el apóstol oraba en la azotea de su casa (Hechos 10:9). Atendió la petición de Nehemías cuando este hablaba con el rey (Ne- hemías 2:4). En fin, tú puedes orar dondequiera que te encuentres, y puedes estar seguro de que nuestro Dios no “se ha vuelto tan sordo como para no poder oír” lo que tengas que decirle (Isaías 59:1). En cada momento de tu vida tienes una oportunidad de viajar hasta el trono de Dios y llevarle por fe todas tus peticiones. ¡Qué bueno es saber que no tenemos que ir hasta Jerusalén para que Dios nos oiga!
Podemos acercarnos, desde cualquier lugar, “con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros” (Hebreos 4:16). ¿Te gustaría hacerlo ahora mismo?


Tomado de Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
#VisitaMiMuro #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaJovenes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian #UnDiosqueEscucha #NoimportaelLugar

LA NOCHE

“Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”. Juan 15:2

Elie Wiesel, autor galardonado con el Premio Nobel de la Paz, en su modélico libro La noche, evoca su supervivencia de muchacho en un campo de concentración para judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Estuvo en la cárcel-barracón junto con su padre, que se consumía de disentería. Cada noche les daban un cuenco de sopa aguada y una corteza dura de pan. Una noche, mientras Elie, que contaba con doce años, daba aquella corteza de pan a su padre para alimentarlo, uno de los judíos colaboracionistas que supervisaba a los prisioneros gruñó al muchacho que debía comerse aquel trozo de pan y olvidarse de su padre moribundo. Wiesel describe la angustiosa lucha subsiguiente de su joven corazón, que vacilaba en aliviar su propio sufrimiento dejando a su padre morir.
Porque nadie quiere sufrir, ¿verdad? ¿Crees que a Jesús le resultó fácil?
Y, no obstante, ¿pudiera ser que la vía del sufrimiento sea la única vía a través de la cual los elegidos de Cristo pueden ser llevados a la plenitud definitiva de florecimiento espiritual, igual que él? ¿Qué, si no, podría haber querido decir Jesús cuando, en la víspera de su propia muerte, pronunció las palabras de nuestro texto de hoy? “Todo aquel que lleva fruto, [el Padre] lo limpiará, para que lleve más fruto”. En esa sola declaración profunda, Jesús pone de manifiesto que la poda y el corte penosos de la Vía Dolorosa, la vía del sufrimiento, son ¡la senda divina a la floración y la fructificación más exquisitas posibles en la vida humana! La vía del sufrimiento es la vía de la misericordia.
Piénsalo un momento. ¿Quiénes son las personas que mejor te atienden en tu dolor? ¿Los que no tienen ni idea de lo que estás soportando? ¿O los que personalmente han experimentado lo mismo? Cuando te han despedido de tu empleo, ¿quién te atiende mejor? ¿Cuando has suspendido una asignatura? ¿Cuando estás luchando con un cáncer? ¿Cuando estás sufriendo un divorcio? ¿Cuando lloras la pérdida de un hijo? ¿Cuando lloras por tu pecado? ¿Quién quieres que acuda corriendo, sino alguien que haya recorrido esa misma Vía Dolorosa, la misma vía del sufrimiento?
¿Cómo puede ser eso? Ah, porque, cuando sufres, la Misericordia te concede la capacidad -no disponible hasta entonces- de convertirte en misericordia empática hacia los demás. Porque la Misericordia no podría ser misericordia sin sufrimiento. Y esa realidad precisamente les hace a Jesús y a ti tan enormemente especiales.

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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