Dios no es hombre para, que mienta... Habló, ¿y no lo ejecutará? (Números 23:19).
Mi esposo, nuestro hijo y yo yacíamos en la cama, disfrutando de la compañía mutua. Waynie en especial, disfrutaba jugando con su padre y conmigo. De pronto Waynie cayó pesadamente sobre mi panza de embarazada. Su cabeza golpeó directamente en el lugar donde se encontraba el feto de 6 meses. Considerando el fuerte impacto, estaba segura de que perdería al bebé. Me quedé quieta por un momento, sin saber qué hacer, y pidiendo a Dios que el bebé estuviera bien.
Después de algunos minutos, me levanté y abrí el libro de Meditaciones Matinales de damas del año 1998, para realizar mi devoción personal. El libro se abrió ante la lectura titulada: "Vivir la regla del 20/80". El texto para ese día se encontraba en 2 Reyes 4:26, y decía: "¿Te va bien a ti?... Y ella dijo: Bien". Cuando leí esas palabras, me sentí emocionada ante el hecho de que Dios es real, y que se preocupaba por el bebé y por mí. Medité en las palabras, totalmente sorprendida.
Pocos meses después, di a luz a una beba sana. Gracias a Dios todo me fue bien. Dios siempre cumple sus promesas.
Sin embargo, cuando el tiempo pasó, me sentí impulsada a leer más detenidamente el capítulo 4 de 2 Reyes. Para mi sorpresa, esta es la historia de una mucha que ha perdido a su hijo. Pero en vez de lamentarse, busca la ayuda de Eliseo inmediatamente. Este hombre de Dios, bajo la influencia de su poder, levanta al hijo de la muerte. ¡ Qué maravilloso! Nada es imposible para Dios.
¿Necesitas que Dios obre un milagro en tu vida? Tal vez ese milagro consiste en que restaure una relación sin vida, o resucitar tu vida espiritual. Recuerda, él siempre está allí; siempre está cerca. Sus pensamientos hacia nosotros son pensamientos de paz, y no de mal: quiere hacernos prosperar y darnos un buen futuro (Jer. 29:11). No debemos temer, sino invocarlo, y él i.us librará (Sal. 50:15).
Así como me habló a mí y me dio la seguridad que necesitaba en el momento oportuno, así como le dio a Eliseo las palabras apropiadas en el momento justo, así también te demostrará su amor y cuidado en el momento que lo necesites. Recuerda que Dios todavía está en su Trono, y todavía está al control del universo.
Mi esposo, nuestro hijo y yo yacíamos en la cama, disfrutando de la compañía mutua. Waynie en especial, disfrutaba jugando con su padre y conmigo. De pronto Waynie cayó pesadamente sobre mi panza de embarazada. Su cabeza golpeó directamente en el lugar donde se encontraba el feto de 6 meses. Considerando el fuerte impacto, estaba segura de que perdería al bebé. Me quedé quieta por un momento, sin saber qué hacer, y pidiendo a Dios que el bebé estuviera bien.
Después de algunos minutos, me levanté y abrí el libro de Meditaciones Matinales de damas del año 1998, para realizar mi devoción personal. El libro se abrió ante la lectura titulada: "Vivir la regla del 20/80". El texto para ese día se encontraba en 2 Reyes 4:26, y decía: "¿Te va bien a ti?... Y ella dijo: Bien". Cuando leí esas palabras, me sentí emocionada ante el hecho de que Dios es real, y que se preocupaba por el bebé y por mí. Medité en las palabras, totalmente sorprendida.
Pocos meses después, di a luz a una beba sana. Gracias a Dios todo me fue bien. Dios siempre cumple sus promesas.
Sin embargo, cuando el tiempo pasó, me sentí impulsada a leer más detenidamente el capítulo 4 de 2 Reyes. Para mi sorpresa, esta es la historia de una mucha que ha perdido a su hijo. Pero en vez de lamentarse, busca la ayuda de Eliseo inmediatamente. Este hombre de Dios, bajo la influencia de su poder, levanta al hijo de la muerte. ¡ Qué maravilloso! Nada es imposible para Dios.
¿Necesitas que Dios obre un milagro en tu vida? Tal vez ese milagro consiste en que restaure una relación sin vida, o resucitar tu vida espiritual. Recuerda, él siempre está allí; siempre está cerca. Sus pensamientos hacia nosotros son pensamientos de paz, y no de mal: quiere hacernos prosperar y darnos un buen futuro (Jer. 29:11). No debemos temer, sino invocarlo, y él i.us librará (Sal. 50:15).
Así como me habló a mí y me dio la seguridad que necesitaba en el momento oportuno, así como le dio a Eliseo las palabras apropiadas en el momento justo, así también te demostrará su amor y cuidado en el momento que lo necesites. Recuerda que Dios todavía está en su Trono, y todavía está al control del universo.
Thamer Cassandra Smikle
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
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Autora: Ardis Dick Stenbkken