En paz me acostare asi mismo dormiré, porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. (Salmos 4:8).¿Has tenido un sueño reparador? No siempre lo logramos, ¿verdad? ¿Cuantas noches interminables has vivido a lo largo de los últimos años? ¿Cuantas horas sin que el sol aparezca y traiga reposo a tus ojos cansados?Muchas veces se cruzan en nuestro camino noches de silencio. Las preocupaciones, el sufrimiento, la incertidumbre y los sentimientos se agolpan en nuestra mente y nos perturban durante las horas en las que deberíamos estar descansando. Qué bueno sería poder afirmar cada noche, como el salmista: «En paz me acostare».Quizás te preocupas excesivamente por cosas que no tienen tanta importancia como tú crees, por cosas que no puedes solucionar con tus propias fuerzas. Si es así, presta atención a la segunda parte del versículo de hoy: «Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado». Esa es la única manera de obtener un descanso reparador: poniendo la confianza en Dios.A continuación comparto contigo unas palabras de sabiduría que te pueden ayudar a establecer prioridades en tu vida.- El obstáculo más grande, el miedo.
- El día más bello, hoy.
- El mayor error, darse por vencido.
- El peor defecto, el egoísmo.
- La mejor distracción, el trabajo.
- La peor bancarrota, el desánimo.
- Los mejores maestros, los niños.
- El sentimiento más vil, la envidia.
- El regalo más hermoso, el perdón.
- Lo más maravilloso del mundo, el amor.
- La felicidad más dulce, la paz.
Hay muchas cosas que pueden perturbar tu paz mental, porque no sabes canalizarlas de manera apropiada. Por eso la confianza en Dios es vital para alcanzar la paz interior. Muchas noches (demasiadas) son las que te roban la paz por causa de una conciencia perturbada por reproches, acusaciones e insatisfacciones. Cuando este ladronzuelo trate de forzar la puerta de tu corazón, «encomienda a Jehová tu camino, confía en el, y el hará» (Sal. 37: 5). Repasa tu proceder y pide la ayuda divina. Entonces, tus sueños serán pasajes inolvidables que moverán el suave engranaje de tu paz interior.Tomado de meditaciones matutinas para mujeresDe la Mano del SeñorPor Ruth Herrera
Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. 1 Corintios 10:12.Llevamos varios días en el tema de los juegos electrónicos y, a modo de confidencia, quiero que sepas que no escribí desde un punto de vista netamente teórico. Hasta no hace muchos años, los juegos eran una parte muy importante de mi vida, pero las responsabilidades y la cordura me convencieron que lo mejor era terminar con todo esto.Hay otro tipo de juegos y pasatiempos que es igualmente peligroso: los juegos de azar. Fíjate que el ladrón no comienza robando un banco, el alcohólico no se inicia tomando un litro de vodka cada mañana, el fumador no comienza fumando cuarenta cigarrillos por día, y el que prueba las drogas no se hace adicto la primera vez.Para llegar a ser un ladrón, alcohólico, fumador o drogadicto fue necesario un contacto regular con el objeto de la adicción a lo largo de una cantidad de tiempo. Algunas adicciones, como el tabaco o las drogas, necesitan muy poco tiempo de contacto, ya que la sustancia química produce una dependencia rápidamente. Otras, como el hábito de robar o el alcoholismo, necesitan más tiempo para que se desarrolle la dependencia.Los juegos de azar, lamentablemente, también están en este último grupo. No comienzas apostando tu casa, tu auto o tu cuenta bancaria de la noche a la mañana, pero quien dedica tiempo y esfuerzo día a día a estos juegos, llega a pensar que podría enriquecerse con la "habilidad" que ha desarrollado. De esta manera comienza un camino que, en cientos de casos, es sumamente difícil abandonar.Quizás, al leer esto, estás pensando: "Esto nunca me pasara a mí; solo juego con mi familia y con algunos amigos", pero debes tener cuidado. Para todos los que creen estar seguros se aplica el consejo paulino que dice: "Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga". Miles de personas, de distintas edades y nacionalidades, pierden todas sus posesiones y hasta su propia vida por entregarse de lleno a los juegos de azar. Lo triste es que la persona adicta a los juegos de azar se convence a si misma de que su perdida es momentánea, que al día siguiente recuperara lo perdido.En su amor, Dios desea cuidarte y protegerte de aquellas cosas que el enemigo usa para destruir a las personas. Así como existe Alcohólicos Anónimos para los que desean abandonar la bebida, existen organizaciones para los que desean abandonar el vicio del juego. Pero, ¿hará falta llegar a esa condición para admitir que existe un peligro real en los juegos de azar?Por eso, ten cuidado. Dios te ama y te perdona cuando te equivocas, pero prefiere que antes de caer, camines por la senda segura.Tomado de meditaciones matinales para jóvenesEncuentros con JesúsPor David Brizuel
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Romanos 11:33.La noche estaba oscura, en medio del desierto. El aullido de los chacales la volvía más tétrica y asustadora. Tres jinetes cabalgaban en silencio, aprovechando que el sol dormía. Caminar durante el día seria suicidio; nadie podía soportar las inclemencias del calor.Al llegar al lecho seco de un rio, el guía les ordeno: ¡Alto! Los tres jinetes obedecieron al instante. Habían prometido al guía que lo obedecerían en todo, aunque las ordenes fuesen, en apariencia, sin sentido.A pesar del cansancio, los jinetes bajaron de los caballos y colocaron pedregullos en sus bolsos, conforme a la orden del guía. ¿Para qué?, preguntaban en su corazón; ¿por qué no aprovechamos la noche para avanzar?Continuaron el viaje descontentos, refunfuñando en su interior; molestos con las órdenes incoherentes del extraño beduino. En medio de las sombras, se escuchó la voz del hombre del desierto: "Mañana, al salir el sol, ustedes estarán felices y, al mismo tiempo, tristes". Y desapareció.Ellos avanzaron solos, extenuados por el viaje agotador; dos de ellos, inclusive, arrojaron algunos pedregullos al ver que el guía no los acompañaba. Las horas pasaron. El sol salió, esplendoroso y brillante. Era hora de detenerse y descansar. Pero antes, metieron las manos en el bolsillo, para ver el pedregullo, y ¡no podían creer lo que veían! Eran diamantes de mucho valor: ¡eran ricos! Pero inmediatamente la tristeza se apodero del corazón. ¿Por que no habían recogido más? ¿Por que no aceptaron las órdenes del guía, sin reclamar?La vida es así. Caminamos en el desierto de un mundo lleno de tinieblas, y no podemos ver lo que encontramos en el camino. Cuantas veces pensamos que Dios nos abandonó o que no le importan nuestros problemas. Cuantas veces discutimos sus maravillosos designios. Vez tras vez, incluso, pensamos que es injusto al permitir que el dolor llegue a nuestra vida.Pero, el sol del día eterno llegara, cuando Jesús aparezca en las nubes de los cielos; y ese día entenderemos que el pedregullo que cargamos eran los diamantes más preciosos.Comienza este día con la determinación de aceptar los planes divinos, sin discutir ni protestar. Di, como Pablo: "¡Oh, profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!".Tomado de meditaciones matinales para adultosPlenitud en CristoPor Alejandro Bullón