«Sus huesos, recios hasta la médula» (Job 21:24).
Párate un momentito. ¡Increíble! ¡Cómo has crecido! ¿Sabes qué es lo que permite que crezcas y te mantengas de pie? Son tus huesos. Sí, hay otras partes de tu cuerpo que te ayudan a mantenerte de pie, pero tus huesos son los que crecen, haciéndote ver más alto y ayudándote a caminar distancias más largas.
En el versículo de hoy Job dice que los huesos son recios «hasta la médula». ¿Pensabas que tus huesos eran solo hueso y nada más? Pues no. Tus huesos están rellenos de una sustancia que parece gelatina que se llama médula. La médula es muy importante para nuestro cuerpo. Todas las células de la sangre son fabricadas allí. Los diferentes tipos de células sanguíneas llevan oxígeno a tus músculos, dándote energía para correr y jugar; y protegiéndote de las enfermedades. Las células sanguíneas y la médula de tus huesos trabajan juntas y tienen funciones muy importantes.
¿No es maravilloso? Ahora ya sabes que Dios ha hecho que tu cuerpo y tu sangre trabajaran juntos. Él quiere que nosotros también trabajemos juntos. Él quiere que cooperemos de manera que los demás puedan ver lo que su amor puede lograr Al hacerlo, entenderás que el amor de Dios tiene poder para cambiar los corazones.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush