«Pero como el hombre vio que no podía vencer a Jacob, lo golpeó en la coyuntura de la cadera, y esa parte se le zafó a Jacob mientras luchaba con él» (Génesis 32: 25).
¿Alguna vez te has preguntado cómo es que puedes mover tu muñeca, tu brazo, tus piernas o tus dedos? Si no fuera por las articulaciones, no podríamos movernos ni caminar. Balancea tu pierna desde la cadera. La puedes mover hacia atrás y hacia adelante, y también de lado a lado. ¿No es así? Eso ocurre porque tienes una articulación muy especial situada en tu cadera. La punta del fémur tiene la forma de una pelota que encaja perfectamente en una cavidad circular que hay en un hueso de tu cadera.
Hubo un personaje de la Biblia que tuvo problemas con esta articulación. Se llamaba Jacob. Él pasó un momento bien difícil cuando Dios lo tocó y su fémur se salió de su lugar Eso ocurrió una noche en que Jacob estaba luchando con Dios. ¿Por qué estaban luchando? Porque Jacob no quería que Dios se fuera sin que lo bendijera.
Si permites que Dios te bendiga, él hará que tu vida sea lo mejor posible. Pídele a Dios que te bendiga. No dejes que se vaya hasta que lo haga. Lucha con él y ganará tu corazón como lo hizo con el de Jacob.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush