Lugar: Mississippi, EE.UU.
Palabra de Dios: Lucas 6:39
- Dobla un poquito para la izquierda... No, detente allí... Bueno, ¡sigue...!
Obviamente, el hombre que se encontraba en el asiento del acompañante estaba dando instrucciones, pero, evidentemente no eran muy buenas. Los demás automovilistas tocaban sus bocinas y les gritaban, y no era para asombrarse: el auto avanzaba a los saltos, metiéndose entre los autos y zigzagueando peligrosamente de un lado al otro. ¡Era un accidente esperando por ocurrir!
Afortunadamente, un oficial de policía vio el auto, y pronto sus luces azules estaban encendidas.
-Oh, no -murmuró el hombre en el asiento del acompañante-. ¡La policía no! Bueno, desacelera. Ahora, dobla a la derecha. Pisa el freno.
El auto se detuvo, y el policía se detuvo detrás de ellos.
Cuando el oficial se paró al lado de la puerta del conductor, se dio cuenta de que algo no estaba bien. El conductor giró su cabeza en dirección al policía, pero no parecía estar mirándolo. Le llevó un segundo registrar su impresión: el hombre estaba ciego. ¿Qué estaba haciendo un hombre ciego manejando un auto? No es de sorprender que hubiera estado zigzagueando por el camino. El hombre en el asiento del acompañante tampoco era de mucha ayuda.
-Estoy demasiado ebrio para manejar - dijo el acompañante, arrastrando las palabras-. Mi amigo, aquí, me está ayudando.
El policía no lo podía creer. Un borracho dándole instrucciones de cómo manejar a un ciego. No muy seguro, ¿no? Y eso es lo que Jesús estaba tratando de decir cuando dijo "¿acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?"
En otras palabras, si nosotros, como pecadores, dependemos solo unos de otros para mantenernos en el camino correcto, terminaremos en grandes .problemas. En lugar de eso, deberíamos depender del mejor Guía que hay: Jesús. Si permitimos que él guíe nuestras vidas, llegaremos a nuestro destino final, sanos y seguros.
Así que, no seas como el ciego que guía a otro ciego, o como un ebrio guiando a un ciego. Permite que Jesús te ayude a permanecer en el camino correcto.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson