«Que su mente se trastorne y se vuelva como la de un animal, y que ese mal le dure siete años» (Daniel 4:16).
En nuestra aventura de hoy vamos a ver algo realmente asombroso. ¿Recuerdas la historia de ayer, cuando el rey Nabucodonosor llamó a los astrólogos para que le dijeran el significado de su sueño de la noche anterior? Bien, el viejo rey debió haberle consultado eso a Dios. Pero ni siquiera se acordó de él, y ahora fíjate lo que le ocurrió. Ese que está ahí en el campo con el pelo largo, gateando y aullando como un animal, es el rey. Ni siquiera está en su sano juicio, sino que piensa como un animal.
Hay una gran diferencia entre la mente o cerebro que tú y yo tenemos, y la mente de un animal. ¡Solo mira al rey! Dios nos dio una mente que puede analizar los problemas y buscar soluciones. Lo más importante es que nuestra mente puede tomar la decisión de seguir a Jesús..
Dios les dio instintos a los animales. Eso significa que ellos hacen lo que hacen sin pensar Nosotros somos diferentes. Nosotros podemos pensar y escoger. Escoge hoy aceptar el regalo divino de la vida eterna y así podrás estar en una reunión de pensadores en el cielo algún día.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush