Lugar: Filipinas
Palabra de Dios: 2 Timoteo 2:22
Mi esposo y yo bajamos hasta el agua, sosteniendo cada uno su máscara y esnórkel. Habíamos alquilado un pequeño bote para un viaje de tres horas, y allí estábamos, en el océano, junto a la costa de la isla de Mindoro.
Era asombroso. El sol brillante inundaba el mundo subacuático con luz. Cardúmenes pasaban como flechas al lado de nosotros. Peces de brillantes colores coqueteaban a la orilla del arrecife. Rojo, azul, amarillo, blanco, naranja; ¡los colores eran sensacionales! Vimos peces más grandes asomándose en las aguas más profundas. Corales y anémonas de mar balanceaban suavemente sus hojas. Erizos de mar merodeaban en las grietas.
De pronto mi esposo hizo señas con su brazo, y me indicó que volviera. Entonces, la vi: una delgada línea roja flotando cerca. Rápidamente moví el brazo para alejarme, pero, al hacerlo, sentí una sensación de ardor. Nadamos de regreso hasta el bote, donde examiné mi brazo: la medusa me había rozado en algunos lugares, pero no era demasiado grave. Por suerte, nos habíamos alejado justo a tiempo.
Mi esposo me dijo que había visto muchas otras delgadas líneas rojas un poco más allá de donde estábamos nadando. ¡Qué bueno que salimos rápido! Y eso es lo que deberíamos hacer cuando nos encontramos en situaciones indeseables. Por ejemplo, cuando sabemos que no deberíamos estar mirando ciertas cosas, o si los chicos con quienes estamos comienzan a hacer algo que no debieran hacer.
Quizá no siempre nos demos cuenta cabal del peligro, ¡pero es una buena idea alejarnos lo más rápido posible! La Biblia dice: "Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio". No te detengas, evita ser picado. Pide a Jesús que te ayude a buscar cosas mejores en la vida.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson