«Es como una flor que se abre y luego se marchita; pasa y desaparece como una sombra» (Job 14:2).
Hoy vamos a caminar por la acera de una avenida. ¿Te has fijado en las líneas que los obreros trazan en el cemento de la acera cada cierta distancia? Espera ¿Eso es una flor? ¿Cómo pudo crecer esa flor en medio del cemente de la acera? Fíjate bien y notarás que de hecho, la flor rompió el cemento. ¡Increíble! Una hermosa y delicada flor puede romper una acera.
Cuando piensas en algo fuerte seguramente te imaginas a un tipo corpulento levantando pesas o una pesada excavadora extrayendo tierra de un enorme hoyo en el suelo. Cuando pensamos en algo fuerte, no solemos pensar en una frágil flor. Pero así como una pequeña flor puede abrirse caminos entre el cemento de una acera, el amor de Dios puede abrirse camino en el más duro de los corazones.
Tal vez conoces a alguien que parece tener un corazón de piedra. A veces ocurre que los sentimientos de las personas han sido heridos, y ya no confían en nadie que trate de ser bueno con ellos, No dejes de mostrarles el amor de Dios. No te rindas. Así como una flor puede abrirse camino a través del duro y grueso cemento, el amor de Dios puede entrar al corazón incluso dela persona más endurecida. Conviértete hoy en una poderosa flor para Dios.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush