Lugar: Nueva Jersey, EE. UU.
Palabra de Dios: Mateo 24:42-44
¿Qué te despierta a la mañana? ¿La luz del sol que se filtra por tu ventana? ¿Suena tu reloj despertador? ¿Te llaman tus padres? ¿tu gato se sube a tu cama? Si respondiste que sí a cualquiera de estas opciones, agradece que algunos inventos nunca se hayan vuelto populares.
Por ejemplo, un inventor sugirió un aparato que te despertaría tirándote de la cama. Imagina lo que sería caer de la cama al piso todas las mañanas. Otra persona sugirió un reloj despertador que derramaría agua fría sobre la persona que dormía. Ese sí que sería un despertar rudo.
En 1882, a Samuel S. Applegate, un hombre de Nueva Jersey, se le ocurrió otro aparato para despertar. Agregó, a un reloj despertador, un marco grande con sesenta corchos. Cuando sonaba la alarma, los corchos caerían sobre la cabeza del durmiente. El señor Applegate insistía en que los corchos serían lo suficientemente livianos como para no producir dolor; sin embargo, que te caigan sesenta cosas sobre la cabeza parece un tanto innecesario.
Jesús tenía una idea diferente acerca del despertar. Él dijo: “Manténganse despiertos”. Estén vigilantes. Por supuesto, no estaba hablando de no dormir a la noche. Estaba hablando de estar espiritualmente despiertos; de permanecer alertas y vigilantes en lo espiritual.
“Por lo tanto, manténganse despiertos, porque no saben qué día vendrá su Señor. Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada. Por eso también ustedes deben estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen”.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson