viernes, 21 de enero de 2011

¡ACTÍVATE!

«Así se cumplió la Escritura que dice: "Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia, y fue llamado amigo de Dios"», Santiago 2:23.
Escribe en los renglones la cita bíblica que corresponde a cada personaje. Luego únelos con líneas a sus amigos correspondientes.

Judá _____________________ Husay
David _____________________ Pilato
Jonatán _____________________ Jesús
Lázaro _____________________ David
Herodes _____________________ Elifaz
Job _____________________ Hirá

2 Samuel 15: 37; Job 2: 11, 13; 1 Samuel 20: 16, 17; Juan 11: 1-3; Lucas 23: 12; Génesis 38: 12

En la actividad de hoy relacionaste a varios personajes que se consideraron amigos. Como te he mencionado en otros días, es bueno tener amigos; es más, no podemos vivir sin ellos, y para conservarlos tenemos que poner de nuestra parte.
Para conservar la amistad con Jesús, tienes que mantener tu conexión cada día. Nunca te desconectes, para que esa amistad crezca y no se pierda. ¿Te gustaría que dijeran de ti lo mismo que se escribió sobre Abraham?

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

PALABRAS DIVINAS

Él es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores misericordias (Salmos 103:3,4),

Un Pasado tormentoso hacía más cruel su presente. Aquellas muchachas recibían la sentencia implacable de haber vivido una vida desordenada y vacía. No solo sus cuerpos parecían languidecer como flores marchitas, también sus almas gemían casi sin aliento, pidiendo una nueva oportunidad que parecía no llegar nunca. Allí, en aquel sanatorio para enfermos de sida, las cuatro jóvenes que poco tiempo atrás habían deslumbrado a su paso, ahora se quebraban bajo el recuerdo de quienes pudieron haber sido. Así de cruel era su realidad.
En esa situación tan desesperada, llegaron a sus oídos las palabras divinas: «Yo perdono todas tus maldades, sano tus dolencias y rescato del hoyo tu vida, coronándote de favores y misericordias». Si tú fueras una de esas muchachas, ¿qué sentirías al escuchar esas palabras?
En una ocasión llevaron ante Jesús a una mujer con un pasado y un presente condenables. No tenía esperanzas. Si aquellos hombres que ella sabía que eran malos, la condenaban por sus faltas, ¿qué podría pensar Jesús de ella? Él era tan justo que seguramente confirmaría la sentencia de muerte que ya se había pronunciado. Y allí, no en un sanatorio, sino en el escenario del pecado, donde todos sabían lo que ella era en realidad, fueron pronunciadas aquellas misericordiosas palabras: «Ni yo te condeno, vete y no peques más» (Juan 8: 11),
¿Necesitas que el Señor, en su abundante misericordia, perdone tus pecados? La Biblia atestigua que lodos hemos pecado y que por lo tanto estamos destituidos de. la gloria de Dios. Pero en Cristo, podemos empezar de nuevo.
De las cuatro jóvenes infectadas con el VIH, solo dos volvieron a nacer en las aguas bautismales. Las demás se justificaron diciendo que las circunstancias las habían obligado a actuar como lo habían hecho. La mujer adúltera también volvió a nacer. ¿Y tú? ¿Dejarás que el milagro se efectúe en tu vida? ¿Exclamarás: «¡Señor, quiero!»? Entonces, oirás: «Sé limpia». Cuando el aliento divino entra en ti, naces como una nueva criatura.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

LOS HERMANOS DE JESÚS DE HOY

Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana. Mateo 12:50.

¿Cómo te sentirías si fueras el hermano del presidente de tu país? Doquiera fueras, por cualquier razón, todos comentarían y dirían en voz baja: "Ese es el hermano del presidente". Quizá recibirías un trato privilegiado. La gente intentaría encontrar algún parecido físico entre tú y tu hermano, o prestarían atención a tu voz o a tus palabras para ver cuánto te pareces.
Jesús, el Rey del cielo, se igualó con los seres humanos y nos aseguró que tiene hermanos y hermanas en la tierra. ¿Te gustaría ser uno de ellos? Piensa en Jesús como el Dios Creador del universo, que tiene a su disposición todos los recursos de la tierra, que es adorado por miles de millones de ángeles, el que recibe la honra y la gloria de seres de otras galaxias que jamás cayeron en pecado, y ese mismo Jesús te dice "tú eres mi hermano".
Para serlo, no tienes que haber nacido en algún lugar privilegiado, tampoco importan tus estudios o capacidad intelectual. No interesa cuántos deportes prácticas o si tus padres tienen mucho dinero: lo único que importa es hacer la voluntad de Dios.
Recuerda que hace muchos años se inició en el cielo una guerra entre el bien y el mal y Jesús, al mando de las huestes celestiales, venció a su enemigo y lo expulsó de allí. Tristemente esa guerra se trasladó a la tierra; y aunque Satanás se ensañó contra el Hijo de Dios durante sus treinta y tres años de vida, este se mantuvo firme. Su muerte, aunque pareció una derrota, fue seguida por la resurrección que marcó una nueva victoria para el cielo y una nueva esperanza para los seres de esta tierra.
Hoy la guerra continúa en tu corazón y en el mío; y Jesús nos invita a entregarnos a él por completo para reinar y ganar ese conflicto. Si aceptas el desafío, y permites que Jesús viva en tu corazón, verás que es un placer hacer la voluntad de Dios, y habrás pasado a ser hermano o hermana de Cristo. ¡Qué extraordinario! El Rey del cielo, el Creador de todo el universo, es nuestro Hermano. Agradécele en este día a Dios por ese hermoso privilegio.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

CORAZÓN SABIO

Da pues a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? 1 Reyes 3:9.

Lucía tiene 25 años, y muchas ganas de vivir. Sus cabellos rubios brillan más que nunca esta mañana, iluminados por los rubios rayos del sol. Es su primer día de trabajo desde que recibió la promoción. Sabe que, entre los compañeros, hay gente herida; personas que se consideran con más derecho a ocupar el cargo que le confiaron a ella. Está feliz, pero una nube de temor aparece en su cielo azul: le preocupa la posibilidad de que sus compañeros no acepten a una persona tan joven como jefe.
Salomón también era joven cuando Dios le confió un cargo de mucha responsabilidad: su misión sería administrar justicia entre los hijos de Israel. El joven rey, como Lucía hoy, vio también una nube de temor que intentaba nublar su cielo azul. ¿Qué hizo entonces? Fue al Señor en oración, y le suplicó: "Da pues a tu siervo corazón entendido".
La expresión "corazón entendido" en hebreo es Jokmaj, que literalmente significa equilibrio, sabiduría, sentido común. Podría ser definido como la capacidad de ser justo y hacer felices a las personas.
Todos los días, en todos los lugares, estamos siendo cartas abiertas y leídas por quienes nos rodean. Nadie es una isla; no es posible esconderse ni omitirse.
La responsabilidad que Dios te confió, mediante la decisión de seres humanos, es la oportunidad que te brinda de hacer felices a las personas que te rodean.
Si permites que el orgullo y la soberbia se apoderen de tu corazón, cometerás errores crasos. Pensarás que, porque eres jefe, no puedes equivocarte; querrás tener siempre la razón. ¡Mentira! No eres más que un simple ser humano: más observado, más criticado y más condenado, tal vez; pero un ser humano, y nada más.
Hay gente que considera que no se debe confiar grandes responsabilidades a los jóvenes. ¿Por qué no? Ser joven no es un defecto: defecto es permitir que la soberbia te haga pensar que de repente lo sabes todo.
Haz como Salomón: ve a Dios, y confiésale tus temores. Dile que necesitas de un corazón entendido para llevar al pueblo que tienes bajo tu responsabilidad a su destino glorioso.
No partas hoy, para el cumplimiento de tus deberes diarios, sin elevar la oración del sabio: "Da pues a tu siervo, corazón entendido para juzgar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo, porque ¿quién podrá gobernar este pueblo tan grande?"

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón