Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. (Santiago 1:21)
Louis Pasteur nació el 27 de diciembre de 1822 en Dole, Francia. Sus numerosos aportes científicos han supuesto una bendición para la humanidad hasta el día de hoy. Se dice que a mediados del siglo XIX había problemas en Francia con la conservación del vino. Los cambios químicos ocasionados por ciertos microorganismos afectaban a este producto, agriándolo y degradándolo. Pasteur se dedicó al estudio de ellos e inventó el proceso de pasteurización al descubrir que el calor destruía las bacterias. Aplicó esta teoría no solo al vino, sino también a la leche. Actualmente tanto el proceso de fermentación como el de pasteurización son muy utilizados para la conservación de alimentos.
No solo las cosechas de vino se salvaron por la intervención de este hombre, sino también el comercio de la seda. Aunque Pasteur no sabía nada sobre los gusanos de seda, descubrió que unos parásitos causaban en ellos una enfermedad que estaba afectando a la elaboración de tan formidable tejido. Los gérmenes infectaban los huevos y los gusanos morían antes de tejer los capullos. Esta situación se pudo revertir gracias a los descubrimientos de Pasteur.
Existe un personaje que descubrió la forma de eliminar el germen del pecado. Cristo se ha convertido en el héroe que rescató a la humanidad de la terrible y eterna destrucción producida por la infección del pecado. Pasteur solo reveló el método para eliminar ciertos microbios, pero Cristo destruyó el germen del pecado. Por medio de Cristo podemos descubrir dónde está el pecado y recibir la limpieza espiritual de la intención que produce. Por lo tanto, velemos porque nuestra vida no sea un recipiente propicio para este parásito que dañaría por completo nuestra cosecha.
El salmista clamaba confiado en que Dios lo limpiaría de todos sus pecados, incluso de aquellos que cometía inconscientemente. Deja que tu vida pueda ser guiada a través del proceso de pasteurización divino y que el método de fermentación celestial pueda conservarla pura hasta que llegues a las mansiones eternas.
Por Ruth Herrera