viernes, 14 de agosto de 2009

DIOS CONTESTÓ NUESTRA ORACIÓN

Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo (Salmo 27:4).

Iniciamos nuestras reuniones cristianas en el patio de la casa de una feligrés, pues habíamos decidido adorar los sábados en nuestro pueblo y no viajar a otros lugares cercanos donde había templo adventista. El pequeño grupo creció y un caballero nos prestó su casa, la cual acondicionamos para reunimos cada sábado. Así estuvimos por algún tiempo. Mientras unos pedíamos a Dios un templo, otros se tuvieron que ir del pueblo en busca de trabajo; otros se desanimaron, su fe se debilitó y dejaron de congregarse. El resto del grupo continuamos orando al Señor para que obrara un milagro: tener nuestro propio templo. Después de algún tiempo reunimos un poco de dinero con la ayuda de fieles hermanos y de un donativo de la entonces Asociación Central, así que pudimos comprar un terreno para construir nuestro templo. Teníamos el terreno y eso era una respuesta a nuestras incesantes oraciones. No había duda de que Dios nos permitiría construirle una casa de oración. El 4 de junio del 2006 un grupo de hermanos de la Iglesia del Valle de McAllen, EE. UU., llegó al pueblo para iniciar la construcción del templo. La alegría que nos embargó trajo lágrimas de gozo y felicidad, y juntamente con mi hermana en Cristo y gran amiga, que se mantuvo fiel y nos prestó su patio para formar una nueva congregación, pudimos ver la respuesta a nuestras oraciones. La generosidad de nuestros hermanos y la misericordia de Dios permitieron que hoy tengamos nuestro templo. Todavía no está totalmente terminado, no lo hemos dedicado pero ya nos reunimos para adorar a nuestro Dios. Quiero pedirte que nos incluyas en tus oraciones para que Dios, por medio de su Espíritu Santo, impresione los corazones de los ex adventistas y regresen al redil. Seguramente el Señor nos dará el privilegio de pronto ver llena su iglesia. Hoy tenemos que trabajar por las almas perdidas, nos ponemos en sus manos para llevar a cabo esta labor.

Graciela Aguirre Tamayo
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor.

TEN EN CUENTA LA FUENTE

Estoy seguro de que Dios, que comenzó a hacer su buena obra en ustedes, la irá llevando a buen fin hasta el día en que Jesucristo regrese. Filipenses 1: 6

Ayer, durante la clase de biblia tuvimos una gran discusión sobre algunos temores que tienen los adolescentes cuando piensan en la salvación. Tiffany admitió que está preocupada por ser fiel a Jesús. —A veces me preocupo por que, después de ser cristiana toda la vida, lo eche todo a perder al final y acabe perdiéndome. —¿Y —añadí— tu siguiente pensamiento probablemente es algo como «También puedo abandonar mis creencias y salir en busca de la diversión que me ofrece el mundo»? Le pregunté a Tiffany quién quería desanimarla. Ella sonrió. —Satanás, supongo. Tiene razón. ¿Te imaginas a Jesús diciéndole a alguien que no tiene esperanza? ¿Sugeriría él a un seguidor que abandonase el increíble viaje y buscase la felicidad en las tentaciones de Satanás? El versículo de hoy nos recuerda que mientras nos pongamos en manos de Dios no tendremos que preocuparnos por si estamos o no salvados. Jesús es el Único que empieza el proceso de hacernos más parecidos a él. Y él es el Único que hará que llegue a buen fin. Cuando las dudas y los temores hacen que te preguntes si serás salvo cuando Jesús venga, recuerda quién es la fuente de los pensamientos desalentadores. Luego ve a la Biblia y llena tu mente con aliento y verdad.

Tomado de la Matutina El Viaje Increible.

RECUERDA QUE TU DIOS ES SANTO

El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre Eclasiastés 12:13

Una de las mayores tragedias de nuestra civilización es la mentalidad de vivir sin temor de Dios, Como si se tratase de un tatuaje indeleble, encontramos por doquier el lema: «Temor no». Se procura eliminar toda norma, todo límite, todo lo que restrinja la "libertad" de hacer lo que se desea. En otras palabras, lo que se promueve es pecar sin temor. ¿Cuál es la causa de esa mentalidad? ¿Por qué se procura eliminar el temor de Dios?

La respuesta a las anteriores preguntas es bien sencilla. Es esta: Porque tenemos ideas erróneas acerca de la naturaleza de Dios. Hemos perdido el sentido de su santidad. La grandeza del Todopoderoso y su carácter santo, que inspira reverencia, han sido sustituidos por la imagen de un "buen amigo", con quien podemos bromear y a quien podemos chocar la mano. Hoy se menciona muy poco la santidad de Dios, que es uno de los principales atributos de su carácter. Muchos consideran a Dios como un amigo contemporáneo, a quien podemos dar y de quien podemos recibir palmaditas en la espalda.
El patriarca Job no consideraba a Dios de esta manera. Él dijo: «Por tanto, me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza» (Job 42: 6). Y el vidente de Patmos, el apóstol Juan, al recibir una visión del Hijo de Dios, exclamó: «Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último» (Ápoc. 1: 17).
Los cristianos, y lía iglesia en general, perciben cada vez menos la santidad de Dios. Por lo tanto, se está perdiendo el conocimiento de lo que significa caminar en el temor del Señor. Se necesita temor de Dios para estar presente puntualmente en los cultos de la casa del Señor. Se requiere temor de Jehová para no retener los diezmos y entregarle ofrendas de gratitud. Es necesario temer a Jehová para no profanar el santo sábado. Solo quien teme a Dios puede ser fiel a la mujer de su juventud. Únicamente quienes temen a Dios pueden cumplir la gran comisión de predicar el evangelio de la salvación. Hace falta temor de Jehová para dejar la mentira en todas sus formas. Solo quienes temen a Jehová obedecen fielmente lo que el Señor ordena en su Palabra.
¿Hace falta temor de Jehová en tu vida? ¿En tu lugar de trabajo? ¿En tus momentos de soledad? ¿En tus pensamientos? Teme a Dios, porque la hora de su juicio ha llegado.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.