jueves, 9 de julio de 2009

FUNCIONES DE LOS ÁNGELES

Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre (Salmo 118: 8).

En esta mañana quiero compartir contigo un pensamiento muy hermoso acerca de los ángeles. Pero también te invitó a que reflexiones. En ocasiones no nos damos cuenta de cuántos peligros nos asechan, los cuales pasan desapercibidos gracias al cuidado de estos seres que Dios ha enviado para que cuiden de nuestra vida y protejan nuestro arduo caminar.
Un ángel no te escoge, Dios te lo asigna.
Un ángel tiene el trabajo de cuidarte.
Un ángel está a tu lado para ayudarte a evitar problemas.
Un ángel te ve sufrir, y te acompaña.
Un ángel te ve sonreír y observa tus alegrías.
Un ángel sabe cuando necesitas algo y te acompaña cuando oras.
Un ángel siempre está contigo.
Un ángel vela tu sueño.
Un ángel se alegra con tus triunfos y se entristece con tus caídas.
Un ángel recibe una oración tuya. Para un ángel eres una misión que cumplir.

¿Cómo crees que son los ángeles? Pueden parecer personas, pero lo importante no es imaginarlos. Lo importante es saber que Dios los envía para que nos ayuden. La ayuda que nos dan puede ser de diferentes maneras. Algunos de ellos son como aquellas personas que alguna vez has encontrado en un día que no ha sido fácil:
• Como la viejecita que ayer te devolvió tu cartera.
• Como el chofer del taxi que te dijo que tus ojos iluminaban el mundo

cada vez que sonreías.
• Como el niño que te demostró la maravilla de las cosas sencillas.
• Como ese hombre pobre que ofreció compartir lo que tenía contigo.
• Como ese hombre rico que te demostró que realmente todo es posible,

si tienes fe.
• Como ese desconocido que se cruzó en tu camino, justo cuando no sa­bías dónde te encontrabas.
• Como esa amiga que tocó tu corazón, cuando pensabas que no tenías

amigas.

Autor desconocido
Tomado de la matutina Manifestaciones de su amor

SOLUCIONES PERFECTAS

Porque el Señor cuida a los justos y presta oídos a sus oraciones, pero está en contra de los malhechores. 1 Pedro 3: 12

Principio del siglo XVI, Margarita de Austria, la hija del emperador alemán Maximiliano, gobernaba Holanda. Temerosa de que alguien pudiese tramar su muerte, constantemente buscaba súbditos desleales. En aquellos tiempos, el envenenamiento era una forma sutil de asesinato, Por eso Margarita insistía en beber de un vaso hecho de cristal de roca puro. Se creía que un vaso de cristal de roca pondría al descubierto cualquier cosa peligrosa que pudiese haber sido arrojada dentro. Un día, mientras Margarita alargaba la mano para tomar el vaso de la mano de un sirviente, se le cayó de la mano y se hizo añicos contra el suelo de piedra. Rápidamente, el sirviente barrió los pequeños fragmentos de cristal y los arrojó a la basura. Pero una astilla de cristal había caído dentro del zapato de Margarita. Sin causar dolor, hizo su trabajo dentro del zapato y causó una infección. Como pensaba que se sanaría, Margarita no hizo nada al respecto. Pero empeoró. Para cuando llamó a un médico, la gangrena se había cebado en el pie. Los médicos intentaron salvarle la vida amputándole la pierna, pero, a pesar de la operación, murió. Margarita pensaba que el vaso era la respuesta a su problema. Pero acabó por destruirla. El mundo nos dice que la solución a nuestros problemas se encuentra en el placer y la excitación: los juegos de azar, las drogas, la acumulación de riqueza, la bebida y el sexo. Pero buscar la felicidad en el lugar equivocado siempre acaba por empeorar el problema. En algunos casos, incluso puede destruirnos. Si tienes un problema, haz oración y pide la ayuda de Dios. Sus soluciones siempre son perfectas y nunca harán que te sientas mal.

Tomado de la Matutina El Viaje Increible.

DIOS LUCHARÁ POR NOSOTROS

En aquel mismo día tomo Josué a Maceda, y la hirió a filo de espada, y mató a su rey; por completo los destruyó, con todo lo que en ella tenía vida, sin dejar nada; e hizo al rey de Maceda como había hecho al rey de Jericó. Josué 10:28

La conquista de Canaán fue una epopeya realizada con la intervención directa de Dios. En la batalla con la confederación de cinco reyes ocurrieron hechos verdaderamente asombrosos. La batalla se alargaba. Los enemigos estaban a punto de entrar en la ciudad fortificada de Maceda. Pero, por razones que no entendemos, era necesario terminar la batalla ese día. Dios y sus ángeles intervinieron en la batalla (Jos. 10: 11). Sin embargo, como no alcanzaba el tiempo y el sol estaba declinando, Dios obró un portento: «Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero» (10:13). Finalmente, la batalla terminó, como siempre, con una gloriosa victoria de Dios y su pueblo. Siempre se asombra uno cuando lee estas declaraciones: «Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre; porque Jehová peleaba por Israel» (Jos. 10:14).

Esta es una repetición de la promesa que Moisés, en nombre de Dios, hizo al pueblo de Israel cuando temblaban de miedo, arrinconados frente al mar, y con el ejército del faraón, con toda su furia, a sus espaldas, decidido a destruirlos. Él dijo: «No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos» (Éxo. 14:13,14).
¡Qué maravillosa promesa es esta para nuestras luchas diarias contra Satanás y la tentación! Cada vez que el enemigo lanza sus ataques contra nosotros, Jesús se halla a nuestro lado en las trincheras. Lo único que pide es que nos escondamos detrás de su manto y permitamos que sea él quien pelee las batallas por nosotros. Por eso Pablo nos recuerda: «Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas» (2 Cor. 10: 4).
Dios no solamente pelea las batallas por nosotros, sino que nos da también en Jesucristo el equipamiento necesario para vencer. Jesús está ahora en el santuario celestial peleando batallas por cada uno de sus hijos. Dios anhela que nosotros confiemos plenamente en su perdón, que es el arma más efectiva para derrotar al enemigo. Toma hoy la decisión. Confía en Aquel que pelea todas tus batallas y que jamás perderá una sola. Cualquier batalla que entables hoy podrás ganarla si decides aferrarse al gran Capitán divino.

Tomado de la matutina Siempre Gozosos