Lugar: Serbia y Montenegro.
Palabra de Dios: 1 Tesalonicenses 5:22
El equipo de producción hizo los preparativos finales necesarios para filmar la escena del robo. Habían hecho los arreglos con el dueño de un comercio, ubicado en una calle de Novi Sad. La iluminación era perfecta. Todos los elementos estaban en sus lugares. Los actores estaban preparados, con medias negras cubriéndoles las cabezas.
iLuz! iCamara! ¡Acción!
A la señal del productor, todo se puso en movimiento. Los actores irrumpieron en el negocio, blandiendo en el aire sus armas de plástico. Unos segundos más tarde, aparecieron nuevamente en la calle, llevando bolsas plásticas negras, que en realidad estaban llenas de diarios.
Justo cuando los actores llegaron al final de la escena, oyeron las sirenas de la policía. En pocos segundos, varios patrulleros los rodearon.
¡Quietos! gritaron los policías. ¡Suelten las armas y pongan las manos sobre la cabeza!
Los actores se miraron unos a otros, confundidos. Esto no formaba parte del guion.
Solo somos actores intentó explicar uno de ellos. Los policías no les creyeron.
Suelten las armas inmediatamente insistieron.
Los actores hicieron lo que se les ordenó, y los policías rápidamente se acercaron y confiscaron las armas de juguete y las bolsas con diarios. Luego, se llevaron a los actores a la comisaría, para interrogarlos. No les lleva mucho tiempo darse cuenta de lo que estaba pasando. Cuando se dieron cuenta de que el robo no era real, las autoridades dejaron ir a los actores, con la advertencia de que, en el futuro, les avisaran con anticipación lo que iban a hacer.
Aunque solamente estaban actuando, el robo simulado parecía tan real que los policías lo confundieron con uno verdadero. Esa es la razón por la cual la Biblia nos dice «eviten toda clase de mar.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson