miércoles, 13 de enero de 2016

¿QUÉ PASÓ?

Tu Oración:
Querido Dios, ayúdame a amarte y a serte fiel.

Vensiculo para hoy:
“Den gracias al Señor, invoquen su nombre”. Salmos 105:1. 

Cuando este mundo comenzó, cada vez que Dios habló, creó sustancias tan pequeñas que no podemos verlas. Sin embargo, gracias a la ciencia, ahora podemos descubrir sustancias fascinantes que hacen que muchas cosas se transformen.
Un poquito de ciencia
Para este divertido experimento, necesitarás un globo mediano, una botella de plástico transparente, 100 mililitros de vinagre (0,10 lt) y 20 gramos de bicarbonato de sodio. Pide a tu mamá que te ayude a calcular las cantidades.
Vierte el vinagre dentro de la botella, y echa el bicarbonato dentro del globo. Después, coloca la abertura del globo en la boca de la botella, procurando que el bicarbonato no caiga en la botella. Después, mueve el globo para que quede vertical y que el bicarbonato, ahora sí, caiga dentro de la botella. El globo se va a inflar con el gas que suelta la efervescencia producida por la unión del bicarbonato con el vinagre.
Dibuja en tu libreta de observaciones el resultado que obtuviste.
En la naturaleza, hay muchas sustancias que no podemos ver, pero sí notamos los resultados. Así es con Jesús: no lo podemos ver, pero podemos observar los resultados de amarlo y obedecerlo.

Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

UN BELLO ARCOÍRIS

Materiales: Lápices de colores

«He puesto mi arcoíris en las nubes, y servirá como señal de la alianza que hago con la tierra». Génesis 9: 13

¿Sabes qué pasó cuando dejó de llover y se secó la tierra? Noé, su familia y los animales pudieron salir sanos y salvos del arca. Estaban muy felices de ver nuevamente el sol, correr y jugar. Dieron gracias a Dios, por haberlos protegido y salvado.
Dios le dijo a Noé que mirara al cielo. ¡Qué maravilla! Había un hermoso arcoíris de brillantes colores. Con esta señal Dios le hizo una promesa a Noé y a toda la humanidad. Prometió que nunca más mandaría un diluvio que destruyera la tierra. Y el arcoíris sería la señal de esa promesa. Por eso, cada vez que veas un arcoíris, debes recordar la hermosa promesa que Dios hizo.
¡Ahora, con la ayuda de papi y mami colorea el arcoíris del dibujo. Usa los siete colores del arcoíris, que son el rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el añil (que es el azul oscuro) y el violeta.

Oremos: Amado Jesús, creo en tus bellas promesas. Sé que me cuidarás como lo hiciste con Noé y familia. Ayúdame a confían siempre en ti.

Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco

EL PRIMER VIAJE AL CIELO

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. Génesis 5:24.

Todos los funerales son tristes, pero el primer funeral fue particularmente conmovedor. No había amigos o largas filas de familiares para consolar, no había nadie que llorara y orara con los primeros padres. Adán y Eva tuvieron que enterrar a su hijo que había sido asesinado por su propio hermano. Caín había huido, así que estaban solos. ¡Qué terriblemente triste! El hecho de que Abel se perfilara como alguien que sería tan fuerte para Dios hizo que el sufrimiento fuera más duro de soportar. Adán y Eva sollozaron con profunda tristeza. Su aflicción era más amarga porque sabían que eran responsables de introducir la muerte en el mundo.
Luego, nació otro hijo. Lo llamaron Set, que significa “sustituto”. El tomaría el lugar de Abel y continuaría en la fila de aquellos que amaban a Dios.
Generación tras generación de hijos entraron en el mundo, hasta que un día, finalmente, un tatara-tatara-tatara-tatara-tataranieto nació: Enoc, “séptimo desde Adán” (Judas 14). Poco sabía entonces Adán que, cuando este bebé creciera, algo muy especial ocurriría con él.
Enoc caminó con Dios día tras día. Esto significa que tenía una relación muy cercana con Dios. Porque amaba estar con él, no iba a ningún lado ni hacía nada sin que Dios estuviera a su lado. No podía verlo, pero podía contemplar las cosas que él había hecho y, cuanto más contemplaba, tanto más amaba a Dios.
Allá arriba, por encima de la gran bóveda azul del cielo, estaba el hogar de Dios, y Enoc quería tanto verlo que un día, tanto frente a los justos como a los malvados, ¡Dios elevó a Enoc hacia el cielo! ¡Era la primera vez que sucedía algo así! La gente corrió hacia la siguiente colina para ver si el Espíritu de Dios lo había llevado allí, pero se había ido. Lo buscaron, pero no lo encontraron. Finalmente, tuvieron que admitir que “desapareció, porque le llevó Dios”.
Enoc demostró que alguien del linaje de los hijos de Dios podía vivir en este mundo y, sin embargo, no ser parte de su maldad. Y así también lo dijo Dios: “Ven a casa y vive conmigo, Enoc. No quiero que andes por allí cuando venga el diluvio”.
Cuando Jesús regrese, Dios repetirá lo que hizo con Enoc. Llevará hacia arriba y más allá del cielo azul a todos aquellos que amen estar con él.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward

MANO A MANO CON LAS CANAS

Las canas son una digna corona (Proverbios 16:31, DHH).

¿Te han dicho tus padres alguna vez que les estás “sacando canas”? Bueno, ¿ I estás libre de culpa…
Resulta que los cabellos grises se deben a otra razón. Las raíces de los cabellos de tus padres (y las tuyas) están rodeadas de folículos. En cada uno de ellos hay células de pigmentos de color que producen melanina, que es la encargada de dar el color al cabello; también da el color a nuestra piel. A medida que las personas envejecen, las células de pigmentos dentro del folículo mueren gradualmente. Esto significa que hay menos melanina para colorear el cabello, lo adivinaste; y este crece en tonos grises o blancos, en lugar de negro, castaño, rubio o rojizo.
La Biblia considera que el cabello gris es un gran honor. ¡Esto es cierto! Salomón describe a los cabellos grises como una corona de esplendor. ¿No es una linda forma de pensar en ello? Si nuestra sociedad valorara los cabellos grises tanto como lo hizo Salomón, entonces las peluquerías, probablemente, tendrían mucho menos trabajo.
Tal vez, la próxima vez que tu mamá o tu papá se quejen sobre la aparición de nuevos cabellos grises, puedes recordarles que ellos están un paso más cerca de usar esa digna corona de esplendor. Pero, ahora que sabes la verdad, eso sí, ¡no dejes que te culpen de sus “coronas de esplendor”!
¿Qué puedes hacer para demostrar a las generaciones mayores de tu familia que son amados y valorados?

SPLASH:
Alrededor del año 1900, las mujeres utilizaban una manguera conectada al tubo de escape de sus aspiradoras para secarse el cabello. El primer secador de cabello rea! fue inventado en 1920, y en 1951 apareció un modelo superior.

¿Y AHORA?
¿Qué puedes hacer para demostrar a las generaciones mayores de tu familia que son amados y valorados?

Ejercita tu cerebroTomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler

2 + 2 = 5

Las cosas no deben suceder según tu razón, sino por encima de tu razón. Lutero

EN UNA OCASIÓN el filósofo británico Bertrand Russel (1872-1970) afirmó que de un enunciado falso se puede deducir cualquier cosa. Alguien que lo estaba escuchando le preguntó: “¿Quiere decir que si 2 + 2 = 5, entonces usted es el papa?” Russel contestó afirmativamente y procedió a demostrarlo: “Si suponemos que 2 + 2 = 5, entonces si restamos 2 de cada lado obtenemos 2 = 3. Invirtiendo la igualdad y restando 1 de cada lado, da 2 = 1. Como el papa y yo somos dos personas y 2 = 1, entonces el papa y yo somos uno, luego yo soy el papa”.
¡Un aplauso para la lógica humana! Puede convencerse de cualquier tesis si logra defenderla con argumentos “válidos”. Por eso puede parecemos que nuestras ideas son las lógicas, es decir, las correctas; pero no nos engañemos, si no están de acuerdo con los principios de la Palabra de Dios, son simplemente sofismas (argumentos para defender algo que es falso). Tal vez nuestros razonamientos y nuestra lógica estén de acuerdo con nuestra cultura, con la educación que hemos recibido y la manera en que nos han enseñado a ver el mundo, pero eso es una cosa y otra cosa es la lógica de Dios, la educación que quiere damos y su manera de concebir el mundo. Solo conociendo estos patrones de referencia, podremos valorar cuán lógica es nuestra manera de pensar.
La Biblia afirma que la lógica humana se halla muy lejos de la divina: “Porque mis ideas no son como las de ustedes, y mi manera de actuar no es como la suya. Así como el cielo está por encima de la tierra, así también mis ideas y mi manera de actuar están por encima de las de ustedes” (Isa. 55:8, 9). Por eso “destruiré la sabiduría de los sabios y frustraré la inteligencia de los inteligentes” (1 Cor. 1:19, RV95). Para la mayoría de la gente, los planteamientos del evangelio son locura; la ley de Dios es locura; el cristianismo es locura y la bondad sin esperar nada a cambio ya no digamos, ¡locura total! Las razones de Dios están por encima de las razones de los hombres, por eso parecen locura.
Dios nos pide que andemos en su lógica, por absurda que parezca al mundo. Dios te dice: “Sumérgete en la sinrazón y yo te daré mi razón. Este es el camino de la cruz” (Lutero).
“Mis ideas no son como las de ustedes” (Isa. 55:8).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz

AHORA ES EL MOMENTO OPORTUNO


“Por eso, Dios ha vuelto a señalar un día, un nuevo ‘hoy’ ” (Hebreos 4:7).


El domingo 8 de octubre de 1871, Dwight L. Moody presentó un fervoroso mensaje ante una inmensa multitud en la ciudad de Chicago. Mientras cantaban el himno final, los miembros de la iglesia escucharon las sirenas de los camiones de bomberos que pasaban a gran velocidad. Al salir del templo lograron divisar que el fuego estaba arrasando con todo lo que se hallaba en su camino. Temiendo lo peor, Moody salió despavorido a salvar a su familia y luego se dedicó a socorrer a otros. El incendio duró dos días, destruyó más de seis kilómetros cuadrados de la ciudad, provocó la muerte de aproximadamente trescientas personas y unas cien mil quedaron sin hogar.
Esa noche Moody había predicado sobre Mateo 27:22: “¿Y qué voy a hacer con Jesús, el que llaman el Mesías?” Concluyó su sermón diciendo: “Me gustaría que ustedes se vayan meditando en esas palabras de Pilato, y que las analicen una y otra vez durante esta semana, y el próximo fin de semana decidiremos qué haremos con Jesús de Nazaret”. ¿El próximo fin de semana? No hubo “próximo fin de semana”. Esa noche la iglesia quedó destruida y algunos de los presentes perecieron por causa de las feroces llamas. Desde entonces, Moody entendió que hoy, ahora, es el momento para decidir qué haremos con Jesús.
¿Qué esperas para responder la pregunta de Pilato? Cuando el Maestro visitó a Zaqueo, le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lucas 19:9). Al ladrón en la cruz, lo consoló con estas palabras: “Te aseguro hoy, estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43, NVR). En esa misma dirección Pablo escribió a los corintios: “Ahora es el momento oportuno. ¡Ahora es el día de la salvación!” (2 Corintios 6:2). Amigo lector, tu oportunidad para aceptar a Jesús es “ahora”, “hoy”. El destino de tu vida espiritual solo tiene un tiempo: el presente. No hay pasado, no hay futuro. ¡Es ahora o nunca!
Como no sabes si tendrás otra oportunidad para dar respuesta a la famosa pregunta de Pilato, hoy es el día propicio para que respondas esa cuestión. ¿Qué harás con Jesús? Acéptalo como tu Salvador y Señor. ¿Ya lo has hecho?

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco

UN ABRAZO EN BLANCO Y NEGRO

“Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió y se echó sobre su cuello y lo besó” Lucas 15:20

¿Te has preguntado  alguna vez por qué Jesús murió con los brazos extendidos? Quizá la fotografía premiada de la revista Life lo explique de manera óptima.
Fue una fotografía de actualidad del día de 1973 en que los prisioneros de guerra estadounidenses volvieron a casa desde Vietnam. El gigantesco avión de transporte Lockheed C-130 Hércules de color gris había aterrizado y rodado por la pista de una base aérea de la costa oeste de los Estados Unidos. Los primeros prisioneros de guerra descendieron por la escalerilla, para recibir la bulliciosa bienvenida de sus seres queridos, que aguardaban tras un cordón de seguridad. Pero nuestros ojos se sienten atraídos hacia un soldado en particular, vestido de caqui militar almidonado, con su gorra plisada puesta encima de un rostro demacrado pero orgulloso.
Algo ha captado su atención. Alguien ha conseguido zafarse de la multitud acordonada y va corriendo hacia él, con un aspecto de éxtasis gozoso en su rostro, con su larga cabellera ondeando al viento del aeropuerto. Él debe de haberla oído llamarlo, porque, al reconocerla, ha dejado caer instintivamente su petate y tiene las rodillas dobladas, con los brazos abiertos de par en par para abrazar a su niñita. Y cuando se dispara el obturador de la cámara, los pies de la niña ya no están en el suelo y tiene los brazos suspendidos en el aire, extendidos hacia su padre, que había vuelto. Imagen congelada. Un momento de intemporalidad en blanco y negro: el retrato de una reunión de un padre y su hija.
Y por eso Jesús murió con los brazos extendidos. Para que nunca olvidáramos que son los brazos de nuestro Padre que está en los cielos. Brazos abiertos de par en par con la verdad alegre y gloriosa de que lo que a Dios siempre le ha interesado en grado sumo es que sus hijos entren en su abrazo abierto de par en par.
Entonces, ¿no congelaremos esa imagen también en nuestra mente? Porque si las relaciones son lo más importante para el Dios del universo, ¿no deberían ser lo más importante para su iglesia, sus amigos, a ti y a mí? ¿No es ese momento en blanco y negro la razón misma por la que existen los elegidos? ¿Elegidos por Dios no solo para entrar nosotros mismos en ese abrazo abierto de par en par, sino elegidos para llevar esta gloriosa imagen de él hasta los rincones más alejados de nuestra vida y de nuestro mundo?
Con una foto así, por más que lo intente, no se me ocurre ninguna razón para no entrar en esos brazos extendidos? ¿Y a ti?

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016 
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson