«Y Dios le dijo: "Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma"» (Génesis 15:9).
Hoy visitaremos una granja. Busquemos una ternera, así como la que Dios le pidió a Abraham que le llevara. Una ternera es una vaca joven que aún no ha sido mamá. Dios le pidió a Abraham que le llevara una ternera, porque quería prometerle algo.
A veces los israelitas traían prisioneros de guerra o bienes que habían capturado en sus batallas. En ocasiones, un israelita era considerado impuro por algún motivo. Cuando esto ocurría, Dios le pedía a su pueblo que sacrificara una ternera rojiza. Tal como se lo pidió a Abraham, uno de los requerimientos era que este animal nunca hubiera llevado un yugo sobre su cuello. Un yugo es un aparato de madera que se pone sobre el cuello del ganado para halar un vagón o el arado.
Dios tampoco quiere que tú tengas el yugo de Satanás sobre tu cuello. Él no quiere que peques, que te veas en problemas ni sufras sus consecuencias. Dios quiere que tengas una vida libre de culpa y en paz. Confía en él y obedécelo, y verás qué bien te sentirás a estar libre del yugo de Satanás.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush