«¡Mira! El invierno ha pasado y con él se han ido las lluvias» (Cantares 2:11).
¿Te gustan las tormentas? A mí me encantan los relámpagos y los truenos, un buen aguacero o una buena nevada. En muchas partes del mundo cae nieve o llueve durante el invierno. En la tierra donde vivía Salomón llovía. En este versículo una persona le dice a otra que el invierno se ha terminado y que el clima está mejorando. Ya se puede salir a dar una caminata.
A mí me encantan el invierno y la nieve, pero también me gusta cuando llega la primavera y el verano y los cielos se despejan. Los cielos oscuros y la lluvia del invierno nos ayudan a apreciar más el verano.
Algunos de nuestros días pueden ser tristes y «oscuros» como el invierno. Cuando alguien que amas se enferma o muere, o alguien que conoces no te ha tratado muy bien, tu día se pone oscuro. Pero Dios te traerá días «soleados».
Los días oscuros existen para que puedas apreciar más los días soleados. Mantén la vista puesta en Jesús. Si estás pasando por un día oscuro y triste, no te agobies, Jesús te ama y él hará que el sol salga de nuevo para ti.
Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush