Perseverad en la oración velando en ella con acción de gracias. Colosenses 4:2
La vida de oración de Jesús fue extraordinaria. Daniel oraba tres veces al día. El apóstol Pablo, según lo expresa él mismo, lo hacía sin cesar. A la luz de estos gigantes, ¿cómo evalúas el estado actual de tu vida de oración? ¿Oras regularmente? ¿Sientes que tus oraciones son escuchadas, atendidas y respondidas por Dios? Si tu respuesta te apena, no te desanimes si te sientes poco satisfecho con el tiempo que dedicas a buscar compañerismo e intimidad con tu Padre celestial.
Muchos cristianos están luchando por mejorar su vida de oración. Algunos se frustran por los pobres resultados obtenidos. La Biblia ofrece algunos consejos que enriquecerán tu vida de oración si los tienes en cuenta.
Consagrarte a una vida de oración. «Perseverando en la oración, velando en ella con acción de gracias» (Col. 4:2). Según el consejo divino, debes orar sin cesar y con el interés de ver resultados. Aparata tiempo para escuchar al Padre celestial, así como para hablar con él, expresándole con toda confianza los deseos de tu corazón, e incluso aquellos cosas por las cuales no te siente bien, por mucho que tales cosas parezcan una queja. Si el descanso de la noche no fue bueno, dile: «Señor, me siento malhumorado, pues no tuve una buena noche».
Vigilia la frecuencia y la calidad de tu oración. ¿Oras en todo tiempo? ¿Tienes comunión con tu Padre mientras realizas tus tareas diarias? ¿Verificas diariamente tu programa de oración? ¿Incluyes en tus oraciones a los que predican el evangelio? ¿Oras por los que todavía no conocen a Jesús?
Satanás desea distraerte de la oración, desea desviar tu mente y mantener tu corazón sumido en problemas. Si advertimos estas cosas, podemos contrarrestarlas concentrando nuestra atención en nuestro deber, que consiste en comunicarnos con Dios.
Ora con espíritu de gratitud. El apóstol Pablo aconseja: «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándonos y exhortándonos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y canticos espirituales».
Hoy tienes muchas cosas por las cuales dar las gracias al Señor. Dáselas por escucharte, por su fidelidad y por las respuestas que dará a tus oraciones.
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.
La vida de oración de Jesús fue extraordinaria. Daniel oraba tres veces al día. El apóstol Pablo, según lo expresa él mismo, lo hacía sin cesar. A la luz de estos gigantes, ¿cómo evalúas el estado actual de tu vida de oración? ¿Oras regularmente? ¿Sientes que tus oraciones son escuchadas, atendidas y respondidas por Dios? Si tu respuesta te apena, no te desanimes si te sientes poco satisfecho con el tiempo que dedicas a buscar compañerismo e intimidad con tu Padre celestial.
Muchos cristianos están luchando por mejorar su vida de oración. Algunos se frustran por los pobres resultados obtenidos. La Biblia ofrece algunos consejos que enriquecerán tu vida de oración si los tienes en cuenta.
Consagrarte a una vida de oración. «Perseverando en la oración, velando en ella con acción de gracias» (Col. 4:2). Según el consejo divino, debes orar sin cesar y con el interés de ver resultados. Aparata tiempo para escuchar al Padre celestial, así como para hablar con él, expresándole con toda confianza los deseos de tu corazón, e incluso aquellos cosas por las cuales no te siente bien, por mucho que tales cosas parezcan una queja. Si el descanso de la noche no fue bueno, dile: «Señor, me siento malhumorado, pues no tuve una buena noche».
Vigilia la frecuencia y la calidad de tu oración. ¿Oras en todo tiempo? ¿Tienes comunión con tu Padre mientras realizas tus tareas diarias? ¿Verificas diariamente tu programa de oración? ¿Incluyes en tus oraciones a los que predican el evangelio? ¿Oras por los que todavía no conocen a Jesús?
Satanás desea distraerte de la oración, desea desviar tu mente y mantener tu corazón sumido en problemas. Si advertimos estas cosas, podemos contrarrestarlas concentrando nuestra atención en nuestro deber, que consiste en comunicarnos con Dios.
Ora con espíritu de gratitud. El apóstol Pablo aconseja: «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándonos y exhortándonos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y canticos espirituales».
Hoy tienes muchas cosas por las cuales dar las gracias al Señor. Dáselas por escucharte, por su fidelidad y por las respuestas que dará a tus oraciones.
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.
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