miércoles, 9 de diciembre de 2009

CRECER COMO CRISTIANOS

Pero conozcan mejor a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y crezcan en su amor. 2 Pedro 3:18.

Hace poco el periódico traía una historia muy triste. Un hombre escuchó algo que excavaba en la basura que había junto a su casa. Pensó que era un animal. Pero cuando estuvo más cerca del cubo de la basura vio que, en realidad, era un niño que buscaba comida en la basura.
Llamaron a la policía y entonces supieron que el niño era, en realidad, un joven de diecinueve años de edad que solo pesaba diez kilos. Sus padres le habían dado tan poca comida que no pudo crecer.
Cuando una persona pasa hambre, es frecuente que su aspecto muestre que algo va mal. Pero cuando una persona pasa hambre espiritual, no es tan obvio.
Podemos pasar meses, incluso años, sin atender nuestras necesidades espirituales. Podemos hacer como si todo estuviera bien. De hecho, nadie podría decir si tu corazón está a bien con Jesús.
Pero si como necesitamos alimentos para que el cuerpo crezca, también necesitamos “alimento” espiritual si queremos que crezca nuestro carácter.
Los educadores sanitarios describen una dieta saludable como aquella que se compone de una gran variedad de buenos alimentos. Como cada alimento tiene una combinación exclusiva de nutrientes, comer de distintos grupos de alimentos nos ayuda a conseguir las vitaminas y los minerales necesarios para gozar de una buena salud.
Si quieres ser de verdad un cristiano saludable, llena tu vida con una gran variedad de actividades constructivas. Lee la Biblia, canta canciones espirituales, ayuda a los necesitados, memoriza versículos de la Biblia, lee los buenos libros, ora, habla a otros de Jesús, asiste a la iglesia y a la escuela sabática. Pasa tiempo con otros cristianos, da estudios bíblicos, vista a los ancianos y enfermos y da dinero para la obra de Dios.
Las buenas obras jamás ocuparan el lugar de la fe en Jesús. Pero nos ayudan a parecernos más a él.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

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