El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor (1 Juan 4: 8).
Dios es amor y su voluntad es guiar a todas las personas al conocimiento eterno. Fue por eso que guió a los sabios del Oriente al conocimiento del Mesías a través de las estrellas.
Sin embargo, hay quienes piensan que Dios es un policía que está siempre vigilándolos para ver qué falta cometen. Cuando nos sobreviene una calamidad, exclamamos: «Señor, ¿por qué me hiciste esto?» Por eso es necesario que reflexionemos en cómo es Dios realmente.
Dios nos habla de su carácter a través de sus obras. El salmista exclamaba: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos» (Sal. 19: 1). Nuestro Señor enseñó: «Para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos» (Mat. 5: 45). Dios es un ser bueno que no discrimina al repartir sus dones naturales.
La creación de Dios revela su carácter maravilloso. Se nos dice: «"Dios es amor", está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo de la naciente hierba. Los hermosos pájaros que llenan el aire de melodías con sus preciosos cantos, las flores exquisitamente matizadas que en su perfección perfuman el aire, los elevados árboles del bosque con su rico follaje de viviente verdor, todos dan testimonio del tierno y paternal cuidado de nuestro Dios y de su deseo de hacer felices a sus hijos» (E! camino a Cristo, p. 8).
A pesar de eso, y a causa del pecado, la naturaleza tiene mensajes contradictorios. Hay terremotos que destruyen; huracanes y tornados que devastan ciudades y casas; volcanes que cuando estallan siembran destrucción y ruina a millares; sequías abrasadoras que asolan la tierra, dejan con hambre a millones. Hay espinas en las rosas, y se ve la degeneración por todas partes. La naturaleza tiende también hacia el desorden y el caos. El libro de la naturaleza no siempre revela a un Dios amante y bueno. Pero, por otra parte, el que quiere ver a Dios, también lo puede encontrar en las maravillas del mundo natural. Alcemos nuestra vista hoy y contemplemos las maravillas de un Dios de amor.
Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C.
Dios es amor y su voluntad es guiar a todas las personas al conocimiento eterno. Fue por eso que guió a los sabios del Oriente al conocimiento del Mesías a través de las estrellas.
Sin embargo, hay quienes piensan que Dios es un policía que está siempre vigilándolos para ver qué falta cometen. Cuando nos sobreviene una calamidad, exclamamos: «Señor, ¿por qué me hiciste esto?» Por eso es necesario que reflexionemos en cómo es Dios realmente.
Dios nos habla de su carácter a través de sus obras. El salmista exclamaba: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos» (Sal. 19: 1). Nuestro Señor enseñó: «Para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos» (Mat. 5: 45). Dios es un ser bueno que no discrimina al repartir sus dones naturales.
La creación de Dios revela su carácter maravilloso. Se nos dice: «"Dios es amor", está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo de la naciente hierba. Los hermosos pájaros que llenan el aire de melodías con sus preciosos cantos, las flores exquisitamente matizadas que en su perfección perfuman el aire, los elevados árboles del bosque con su rico follaje de viviente verdor, todos dan testimonio del tierno y paternal cuidado de nuestro Dios y de su deseo de hacer felices a sus hijos» (E! camino a Cristo, p. 8).
A pesar de eso, y a causa del pecado, la naturaleza tiene mensajes contradictorios. Hay terremotos que destruyen; huracanes y tornados que devastan ciudades y casas; volcanes que cuando estallan siembran destrucción y ruina a millares; sequías abrasadoras que asolan la tierra, dejan con hambre a millones. Hay espinas en las rosas, y se ve la degeneración por todas partes. La naturaleza tiende también hacia el desorden y el caos. El libro de la naturaleza no siempre revela a un Dios amante y bueno. Pero, por otra parte, el que quiere ver a Dios, también lo puede encontrar en las maravillas del mundo natural. Alcemos nuestra vista hoy y contemplemos las maravillas de un Dios de amor.
Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario