domingo, 13 de marzo de 2011

¿PALABRAS PARA HOY O PALABRAS PARA SIEMPRE?

Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna. 1 Crónicas 16:34.

Para conquistar a la persona que se desea, se emplean varios recursos: el atractivo físico, las miradas, la inteligencia, la seguridad, los planes para el futuro, la simpatía, etc., pero la mayoría de estas cualidades solo se transmiten a través de la palabra. Haciendo uso del habla es que llegamos a comunicar lo que hay en nuestro interior y podemos enamorar a la persona de nuestros sueños.
Tanto jóvenes como señoritas, transmiten frases que quedan grabadas en el corazón de la otra persona y dejan su huella. "Soy todo tuyo", "eres el único", "eres el amor de mi vida", "nadie te amará tanto como yo", "siempre serás el dueño de mi corazón", "sin ti no existo" y otras frases similares, dejan una impronta en quien las recibe que solo el tiempo podrá decir cuan profunda es.
Ahora, ¿cómo puedes saber si la persona que está a tu lado te dice la verdad? ¿Debes creer a aquel que te dice: "seré tuyo para siempre"? ¿Se puede confiar en la dama que expresa: "Mi corazón te pertenece solo a ti"? No pretendo juzgar la intención de quien dice estas frases, pero lo que trato de resaltar es que no siempre lo que se dice hoy se demuestra mañana. Hay cientos de hombres y mujeres que se casaron sumamente enamorados, y que estaban completamente seguros de lo que hacían. Sin embargo, con el paso de los años, llegaron a perder el amor y su matrimonio resultó en un fracaso. Hogares desdichados, hijos abandonados, peleas y recriminaciones destruyeron una familia que alguna vez fue feliz.
Entonces, ¿qué posibilidad hay de que quien dice esas hermosas palabras las seguirá sintiendo con el paso del tiempo? ¿Cuan seguro puedes estar de que aquel que te dice: "Seré tuyo/a para siempre" continuará sintiendo lo mismo a los cincuenta años?
La única seguridad se encuentra en Dios, "porque él es bueno; porque su misericordia es eterna". El éxito en el amor conyugal depende tanto de nuestra elección como de nuestro compromiso. Dios puede ayudarnos a encontrar a nuestro compañero(a), y a convivir con él o ella en felicidad. Por esa razón, no dudes en consultarle a Dios todos tus planes y proyectos con la persona que amas, pero también debes estar dispuesto a aceptar su voluntad. Aunque no siempre la comprendas, la voluntad de Dios para tu vida, siempre representa lo mejor.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

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