miércoles, 4 de mayo de 2011

"TRANSFORMADOS... EN LA MISMA IMAGEN"

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18.

Otra de las grandes diversiones que actualmente atrapa a millones de niños, jóvenes y adultos es la televisión. ¡Que razón tenía el sabio Salomón cuando dijo: "nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír" (Ecle. 1:8)! Porque la televisión justamente se aprovecha de este instinto para tener tanto éxito y llegar con sus mensajes a la gran mayoría de los hogares del mundo.
Lamentablemente, como muchas otras cosas en esta tierra, la televisión contiene tanto lo bueno como lo malo. Brinda imágenes y sonidos 24 horas al día, informa, entretiene, ensena, pero también oculta, engaña y distorsiona la realidad. Así mismo plantea debates, sugiere, forma sentimientos de dolor, de odio, de alegría, de soledad, de compañerismo y de miedo. Sus programas van desde los más informativos y didácticos, hasta los más vanos y triviales. Y hoy hay una gama extraordinaria de opciones en la multitud de canales que ofrece la televisión satelital.
La televisión también puede ser perjudicial para la vida espiritual. Las escenas e imágenes se van retratando en la psiquis y fijando en la mente. Luego crean patrones de conducta que pueden influir la conducta del espectador. No es de extrañar que la constante observación de ciertos comportamientos se manifieste luego en los actos del observador.
El apóstol Pablo conocía muy bien la psiquis humana y la relación entre la observación y su comportamiento. Él sabía que la constante repetición de un mensaje llevara inevitablemente a la acción. Por eso, les aconsejo a los corintios: "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".
La vida de los héroes de la fe, la vida de Jesús, sus enseñanzas, su amor, su religión, están retratados en las páginas de la Biblia para tu constante observación. Y así, de manera natural y consecuente, sus palabras y su ejemplo formaran parte de tu ser y tu conducta, lo que te llevara a ser un cristiano autentico.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

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