Hace unas semanas plantamos el huerto. Disfruté cada minuto. Pero hoy tuve que hacer algo que me disgustó mucho. Tuve que arrancar más de la mitad de mis remolachas. A esa operación se la llama "purgar". No había nada malo en las remolachas. Eran plantas buenas. Cada vez que arrancaba una pensaba en la remolacha que habría dado. Parecía un despilfarro desechar una planta perfecta.
¿Pero por qué tenía que purgarlas? Porque las remolachas necesitan mucho espacio para crecer. Si hubiese dejado las plantas en el suelo se habrían entorpecido unas a otras y el crecimiento se habría echado a perder.
Mientras arrancaba las plantitas, me acordé de la vida. Las hileras de remolachas son como las oportunidades que tendrás este verano.
Cuando empiecen las vacaciones de verano, tendrás la sensación de tener todo el tiempo del mundo para cumplir tus objetivos. Quizá quieras aprender a tocar la trompeta, ir de compras, aprender a montar, jugar al fútbol, ir a visitar a los abuelos, tener un empleo de verano, ir de vacaciones con la familia, aprender a conducir, salir con los amigos, ir a un campamento de verano, ir de pesca y muchas más cosas.
Pero probablemente no puedas hacer todo lo que tenías en la lista. Por tanto, tendrás que elegir. Tendrás que purga lo bueno, de manera que puedas hacer lo mejor.
Sea cual sea tu elección, no te olvides de hacer que el tiempo con Dios sea tu principal objetivo. Pasar tiempo con él cada día es la mejor de todas las elecciones.
Tomado de la Matutina El viaje increíble.
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