Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. Mateo 10:20
¿Qué extraordinaria promesa hizo Jesús a los siervos de Dios que salen a cumplir la comisión que él les ha encomendado! Cuando se vieran obligados a hacer frente a la oposición, cuando fueran llevados ante autoridades civiles 'o religiosas para dar testimonio de su fe, no habían de temer. No tenían que preparar discursos y argumentos muy bien pensados, sino esperar el cumplimiento de su promesa: «Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros» (Mat. 10: 20). Los misioneros cristianos nunca deberían olvidar que hablan como representantes o embajadores de Cristo (2 Cor. 5:19,20), y nunca han de presentar sus propias teorías como si fueran verdad. Si así lo hicieran, podrían ser calificados de falsos profetas. La razón es que el Espíritu Santo debe hablar a través de los representantes de Dios siempre, especialmente en momentos de crisis. Por otra parte, ¿has pensado alguna vez que Dios requiere mucho más de lo que crees que puedes hacer? ¿Te sientes a veces incómodo por las exigencias de Dios? ¿Te atemorizan algunas cosas que, como cristiano, tienes que confrontar? Deja de pensar en eso. Dios ha prometido su Espíritu Santo para hacer posibles todas las cosas. La presencia del Espíritu Santo no se dio para dejar a nadie en la inoperancia. El Espíritu Santo es un clamor incansable dentro del corazón del cristiano. No es un huésped pasivo. Es el rugir del poder de Dios, es el trueno de la mañana, es el rayo de la vida eterna. Trabaja dentro de uno para ayudarnos a ser y alcanzar todo aquello para lo cual nacimos de nuevo del agua y del Espíritu. ¿Deseas que los demonios huyan ante tus palabras? Entonces salúdalos con el poder de Dios, y serán expulsados con el poder del Espíritu Santo que reside dentro de tu corazón. Recuerda que Jesús dijo a sus discípulos que no debían temer a ninguna cosa. Jesús les recordó que en la hora de la necesidad más profunda, y en el momento de las circunstancias más adversas y difíciles, ellos encontrarían su suficiencia. Estas mismas palabras se te aplican a ti ahora, y mantienen hoy toda su frescura. Tú tienes la fuerza, el poder más grande del universo: el maravilloso Espíritu de Dios, morando en tu corazón. Decide hoy no dar cabida al temor que paraliza el corazón. Que tu lema sea: «Temor, nunca más. Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?»
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos
No hay comentarios:
Publicar un comentario