
El día de la feria Laurie se mantuvo ocupada para no tener tiempo de pensar en la competición estatal. Durante toda la tarde fue ganando escarapela tras escarapela. Y sucedió lo que tenía que suceder. El vocal del jurado tomó el micrófono. —Laurie Neal ha acumulado suficientes puntos para competir en el campeonato estatal que tendrá lugar en dos semanas. Felicidades, Laurie. El público aplaudió mientras Laurie se daba cuenta de que había llegado el momento de la verdad. Antes de cambiar de idea, desmontó, entregó las riendas al jinete que estaba junto a ella y anduvo hacia el estrado de los jueces. Oró pidiendo a Dios que le diera la fuerza necesaria para hacer lo correcto. —¿Puedo ayudarte en algo? —dijo el ayudante del vocal. -Esto... soy... Laurie Neal y necesitaría que borraran mi nombre de la lista de clasificados para la competición estatal para que otra persona pueda ir en mi lugar. La señora miró a Laurie durante unos segundos. Luego se encogió de hombros y tachó el nombre de Laurie. Laurie llevó su caballo al establo. Su jefe y los demás jinetes de su club nunca entenderían por qué se había retirado. Pero estaba bien. Laurie sabía que había hecho lo correcto. (Mañana hay más.)
Tomado de la Matutina El viaje increíble.
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