domingo, 19 de julio de 2009

NO ES TAN DULCE

No hace bien comer mucha miel. proverbios 25: 27

Cuando era niña, tenía mucha envidia de mi amiga Nancy Greski. Eran tan afortunada... Nancy era hija única y parecía que sus papas le daban todo cuanto se le antojaba. Una cosa que a Nancy le encantaba era la comida basura, en especial el refresco de limón. Siempre que iba a casa de Nancy en el porche había varias cajas de refrescos apiladas. ¡Cajas, imagínate! Mi mamá ni siquiera compraba alguna lata de vez en cuando. —No es bueno para los dientes —decía. A mí no me importaban en absoluto los dientes. Yo solo quería el placer de una botella bien helada de 7 Up, cerveza de raíz o refresco de uvas. Después de la graduación de octavo fui a un internado y perdí el contacto con los amigos del barrio. Durante las vacaciones de Navidad de mi primer año, mamá mencionó que había visto a Nancy en la tienda de comestibles. —No podía creerlo —dijo—. A Nancy no le quedaba ni un diente en la boca. Me dijo que se los tuvieron que arrancar todos porque estaban muy deteriorados. Está a la espera de unos dientes postizos. Todo cuanto pude pensar fue en cómo la abuela se sacaba la dentadura cada noche y la metía en un vaso, encima de la mesilla de noche. Me costaba imaginar que alguien de mi edad hiciese lo mismo. Al fin y al cabo, quizá Nancy no era tan afortunada. El azúcar tiene un buen sabor, pero no les hace ningún favor a los dientes. También debilita el sistema inmunitario, lo cual hace que tu cuerpo no pueda combatir tan bien las enfermedades. Si quieres sentirte estupendamente y tener el mejor aspecto, no te preocupes por «I azúcar. Si te apetece algo dulce, prueba con una fruta.

Tomado de la Matutina El viaje increíble.

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