martes, 28 de julio de 2009

NO HAY NINGUNA DUDA

Pues el evangelio nos muestra de qué manera Dios nos hace justos es por fe, de principio a fin Así lo dicen las Escrituras: «El justo por la fe vivirá» Romanos 1: 17

¿Alguna vez deseaste poder ver a Jesús y saber seguro que existe? Al principio del libro te hablé de Bill, el hombre que vio los tres ángeles alrededor del pastor. Cuando me contó lo sucedido recuerdo que pensé: «Ojalá hubiese podido ver lo que él vio. Ver un ángel seguro que aumentaría mi fe». No olvidamos de que Dios ya nos ha dado montones de pruebas en las que basar nuestra confianza. Cuando entro en el patio trasero de mi casa, no tengo que ver un mirlo de ala roja para saber que está ahí. Todo cuanto tengo que hacer es escuchar su canto. El canto es la prueba. No tengo que ver un ciervo para creer que viven en el bosque de al lado. Las huellas de los ciervos que cruzan la entrada de mi casa son suficiente prueba. No necesitamos que Dios nos visite para saber que existe. Tenemos pruebas a todo nuestro alrededor. Planta un huerto y tendrás la satisfacción de ver a Dios trabajando a medida que una pequeña semilla se vuelve en tantos calabacines que se podría alimentar a tres barrios enteros. Hazte un corte en el dedo y mira cómo tu cuerpo se repara sin dejar ni una cicatriz. Mira a Jesús trabajando por medio de los amigos que te quieren a pesar de tus defectos. Siente su presencia cuando responde tus oraciones y te da la capacidad de permanecer tranquilo cuando estás tentado de perder los nervios. No necesitamos ver a Jesús para demostrar que el cielo está interesado en nuestra vida. Todo lo que tenemos que hacer es abrir los ojos a las evidencias que hay a nuestro alrededor. Si buscas una prueba, seguro que la encuentras.

Tomado de la Matutina El viaje increíble.

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