Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: «Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: "¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?" Lucas 7: 20
¿Cómo es posible que un hombre de la estatura espiritual de Juan el Bautista haya dudado? Si escuchó la voz de Dios confirmando que Jesús era su hijo amado, ¿por qué tiempo después dudó de que lo fuera? No hay excusa ni justificación para la duda de Juan el Bautista, pero sí hay una explicación: Seguramente el aislamiento y la soledad de la oscura celda abrumaron su mente y agotaron su resistencia espiritual. Además, no comprendía totalmente la misión del Salvador; por eso no comprendía su actitud. Muchas preguntas sin respuesta abrumaban su alma: ¿Por qué Jesús no se da a conocer como el Mesías? ¿Por qué no busca el apoyo de los dirigentes de la nación? ¿Por qué no ha venido a visitarme ni antes ni ahora que estoy prisionero? ¿Y si no es el Hijo de Dios? ¿Y si no es el Mesías ¿Y si no salgo de la prisión? Afligido y abrumado por estas preguntas sin respuesta, envió una comisión a entrevistarse con el Salvador. La pregunta que debían pedirle que contestara era muy significativa: «¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?» La duda no es pecado, pero los cristianos no deben permitir que la duda anide en su mente, porque, aunque no sea pecado, la duda conduce al pecado. ¿Qué hace que un cristiano dude? El pecado y la culpa pueden llevarlo a pensar que Dios no está de su lado. También la influencia negativa de otras personas puede inducirlo a dudar. Los fracasos pasados y las expectativas equivocadas para el futuro conducen a la chula Pero la razón principal por la cual muchos cristianos dudan es porque no tienen un conocimiento experimental de Dios en su Palabra. Para vencer la duda y ser fuerte y valiente, el cristiano debe llevar grabadas en lo más profundo de su corazón y de su mente las verdades eternas de la Palabra de Dios. Eso significa mucho más que una lectura casual de la Biblia. Significa leerla, estudiar la, escudriñarla y reflexionar en su significado. Es preguntarle al Señor: «Padre, ¿qué me dices personalmente en este pasaje? Muéstrame cómo aplicar estas verdades a un vida». No hay nada mejor para fortalecer la fe que conocer la Palabra de Dios. Ruega al Señor en oración que te ayude a vencer cualquier sombra de duda que se haya levantado en tu mente. Cree que Dios dirige tu vida y que dirige a su iglesia. Cree que al final todo saldrá bien.
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos
¿Cómo es posible que un hombre de la estatura espiritual de Juan el Bautista haya dudado? Si escuchó la voz de Dios confirmando que Jesús era su hijo amado, ¿por qué tiempo después dudó de que lo fuera? No hay excusa ni justificación para la duda de Juan el Bautista, pero sí hay una explicación: Seguramente el aislamiento y la soledad de la oscura celda abrumaron su mente y agotaron su resistencia espiritual. Además, no comprendía totalmente la misión del Salvador; por eso no comprendía su actitud. Muchas preguntas sin respuesta abrumaban su alma: ¿Por qué Jesús no se da a conocer como el Mesías? ¿Por qué no busca el apoyo de los dirigentes de la nación? ¿Por qué no ha venido a visitarme ni antes ni ahora que estoy prisionero? ¿Y si no es el Hijo de Dios? ¿Y si no es el Mesías ¿Y si no salgo de la prisión? Afligido y abrumado por estas preguntas sin respuesta, envió una comisión a entrevistarse con el Salvador. La pregunta que debían pedirle que contestara era muy significativa: «¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?» La duda no es pecado, pero los cristianos no deben permitir que la duda anide en su mente, porque, aunque no sea pecado, la duda conduce al pecado. ¿Qué hace que un cristiano dude? El pecado y la culpa pueden llevarlo a pensar que Dios no está de su lado. También la influencia negativa de otras personas puede inducirlo a dudar. Los fracasos pasados y las expectativas equivocadas para el futuro conducen a la chula Pero la razón principal por la cual muchos cristianos dudan es porque no tienen un conocimiento experimental de Dios en su Palabra. Para vencer la duda y ser fuerte y valiente, el cristiano debe llevar grabadas en lo más profundo de su corazón y de su mente las verdades eternas de la Palabra de Dios. Eso significa mucho más que una lectura casual de la Biblia. Significa leerla, estudiar la, escudriñarla y reflexionar en su significado. Es preguntarle al Señor: «Padre, ¿qué me dices personalmente en este pasaje? Muéstrame cómo aplicar estas verdades a un vida». No hay nada mejor para fortalecer la fe que conocer la Palabra de Dios. Ruega al Señor en oración que te ayude a vencer cualquier sombra de duda que se haya levantado en tu mente. Cree que Dios dirige tu vida y que dirige a su iglesia. Cree que al final todo saldrá bien.
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos
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