Porque todo hombre es esclavo de aquello que lo ha dominado. Pedro 2: 19
Alguna vez escuchaste a alguien hablar de «destapar la caja de Pandora»? Es una frase que procede de la mitología griega, pero tiene una lección que se aplica a la gente de todas las épocas. A Pandora le dieron una caja y le advirtieron que no la abriera. Finalmente, su curiosidad pudo más que su sentido común. La abrió un poco, lo suficiente para ver lo que había dentro. Por la rendija salieron todos los males, de cualquier medida, forma y descripción. Aunque la caja de Pandora es solo una historia, ilustra lo que sucedió cuando Eva desobedeció a Dios. Su curiosidad por el fruto y su decisión de conocer el bien y el mal abrieron la espita a seis mil años de sufrimiento, dolor y remordimientos. La frase «la caja de Pandora» ha acabado por representar cualquier cosa que, potencialmente, pueda causar un gran daño. La pornografía, escritos o imágenes que degradan una persona de manera sexual, es una de las cajas más perjudiciales. Ha estado presente durante mucho tiempo. En el año 79 d.C, el monte Vesubio entró en erupción y enterró la ciudad italiana de Pompeya bajo las cenizas y la lava. Durante la excavación en el siglo XVIII, los arqueólogos descubrieron toda una sección de la ciudad que había sido dedicada a la pornografía. Pero en pleno siglo XXI, esta clase especial de mal no está confinada a un único lugar. Parece que está por todas partes. No es preciso que la busques, ella ya viene a ti, en particular si te pasas un tiempo en la computadora. Si nos mantenemos alejados del pecado, no podrá arrastrarnos. Pero si la curiosidad hace que echemos un vistazo a la caja de Pandora, seremos sus esclavos. Ser libre no es poder hacer lo que te apetezca. Ser libre es poder hacer lo correcto. Mantener tapada la pornografía te ahorrará mil y un remordimientos
Tomado de la Matutina El vieja Increíble.
Alguna vez escuchaste a alguien hablar de «destapar la caja de Pandora»? Es una frase que procede de la mitología griega, pero tiene una lección que se aplica a la gente de todas las épocas. A Pandora le dieron una caja y le advirtieron que no la abriera. Finalmente, su curiosidad pudo más que su sentido común. La abrió un poco, lo suficiente para ver lo que había dentro. Por la rendija salieron todos los males, de cualquier medida, forma y descripción. Aunque la caja de Pandora es solo una historia, ilustra lo que sucedió cuando Eva desobedeció a Dios. Su curiosidad por el fruto y su decisión de conocer el bien y el mal abrieron la espita a seis mil años de sufrimiento, dolor y remordimientos. La frase «la caja de Pandora» ha acabado por representar cualquier cosa que, potencialmente, pueda causar un gran daño. La pornografía, escritos o imágenes que degradan una persona de manera sexual, es una de las cajas más perjudiciales. Ha estado presente durante mucho tiempo. En el año 79 d.C, el monte Vesubio entró en erupción y enterró la ciudad italiana de Pompeya bajo las cenizas y la lava. Durante la excavación en el siglo XVIII, los arqueólogos descubrieron toda una sección de la ciudad que había sido dedicada a la pornografía. Pero en pleno siglo XXI, esta clase especial de mal no está confinada a un único lugar. Parece que está por todas partes. No es preciso que la busques, ella ya viene a ti, en particular si te pasas un tiempo en la computadora. Si nos mantenemos alejados del pecado, no podrá arrastrarnos. Pero si la curiosidad hace que echemos un vistazo a la caja de Pandora, seremos sus esclavos. Ser libre no es poder hacer lo que te apetezca. Ser libre es poder hacer lo correcto. Mantener tapada la pornografía te ahorrará mil y un remordimientos
Tomado de la Matutina El vieja Increíble.
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