miércoles, 21 de octubre de 2009

CORRER EN VACIÓ

Jesús le dijo: «De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces». Mateo 26: 34.

Pedro desconocía su verdadera condición. Se consideraba un buen seguidor de Jesús, lleno de fe, lleno del poder del Espíritu Santo, lleno de los frutos del Espíritu. Segú: su propia evaluación, otros podían negar y abandonar a Jesús; cualquiera menos él. Los demás discípulos podían perder su fe y fracasar, pero él se consideraba firme. Nada ni nadie lo separaría jamás de su Maestro. Aunque la práctica de las disciplinas espirituales como la oración y la comunión con Dios, al parecer, no eran un hábito en su vida, se sentía muy seguro de mantenerse fiel y leal a Jesús ante cualquier crisis.
Mateo registra tres incidentes en la vida de Pedro que eran señales de advertencia de que el apóstol estaba corriendo en vacío. No estaba preparado para enfrentar la crisis que se avecinaba.
  • Pedro tenía dificultades en su vida de oración. Jesús le pidió que orara. Sin embargo, prefería dormir. Al parecer, la oración no le entusiasmaba. Era una práctica ausente en su vida. Era difícil pasar tiempo con Dios. Le costaba trabajo hablar con Dios. La oración había desaparecido de su programa diario. En la antesala de la crisis, dormía.
  • Pedro había perdido la paciencia. Mientras Jesús se mantenía tranquilo, sereno calmado, en presencia de quienes lo arrestaban, Pedro estaba furioso. Perdió el dominio propio hasta el punto de sacar la espada para cortarle la cabeza a uno de los que prendían a su Maestro. La violencia lo dominó. Decidió usar la fuerza para enfrentar a los enemigos.
  • Pedro no daba un buen testimonio. «Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. Mas el negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices» (Mat. 26: 69, 70).
Las palabras de Pedro, «aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré», estaban lejos de reflejar la realidad de su vida. Ignoraba que la victoria sobre la tentación el resultado de una vida de estrecha relación con Jesús. ¿Cómo está tu vida de oración ¿Qué tal tu paciencia con tu cónyuge, con tus hijos, con tus hermanos de la iglesia, con tus compañeros de trabajo? Jesús te dice hoy: «Oro para que tu fe no falte, oro por ti, para que tu paciencia no falte y para que tu testimonio sea poderoso». Si te siente! vacío, busca a Dios en oración. Él puede llenar tu vida de poder. El diagnóstico de Jesús era una advertencia para Pedro, y también para nosotros.

Tomando de la Matutina Siempre Gozosos.

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