domingo, 13 de diciembre de 2009

COMO ÉL PERDONÓ

Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Lucas 23:34

Los soldados estaban a punto de enfrentarse a otra batalla con el enemigo. Pero por ese momento, el capellán había vuelto sus pensamientos hacia la Biblia y los últimos momentos antes de que Jesús muriera, en que oró por sus enemigos. Alentó a los hombres que tenía delante para que hicieran lo mismo por las tropas a las que se iban a enfrentar ese día. Esa idea era demasiado grande para un joven soldado. Sacudió la cabeza y dijo: —A usted le resulta fácil decir eso. Las personas que usted ama están todas seguras en la retaguardia, en casa. Usted nunca ha visto a sus amigos partidos por la mitad por un carro de combate ni reventados por una granada de mano. Yo sí. Jamás perdonaré a los enemigos. Los odio de todo corazón. El capellán invitó al soldado furibundo a ir a su tienda. —Quiero contarle la historia de un joven piloto que conocí —empezó—. Durante una batalla aérea, hace más o menos un año, su avión fue derribado. Se lanzó en para-caídas y aterrizó en el agua. Se sumergió para escapar de las balas que se disparaban a su alrededor. Los enemigos esperaron hasta que salió a la superficie en busca de aire y lo mataron. El capellán se acercó a una mesa. —Esta historia es cierta, hijo. Vi cómo sucedía. Esta es la fotografía del piloto. El soldado miró la fotografía y se dio cuenta de que los ojos del joven aviador eran muy parecidos a los del capellán. Cruzando la parte de debajo de la foto se leía: «Para papá, con todo mi cariño». Jesús es nuestro ejemplo en todo. Cuando viva en nuestro corazón seremos capaces de perdonar a nuestros enemigos como él perdonó a los suyos.

Tomado de la matutina El viaje Increíble.

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