En seguida el rey dijo: «Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra». Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: «¡Ah, señor mío! Dad a esta el niño vivo, y no lo matéis». Mas la otra dijo: «Ni a mí ni a ti; partidlo». 1 Reyes 3: 25, 26.
¿Te has preguntado alguna vez por qué dos prostitutas se peleaban tanto por un hijo? Después de todo, los bebés de ambas eran ilegítimos. Cualquiera de las dos que se quedara con el bebé iba a tener que enfrentar una vida mucho más difícil, que implicaba no solo la responsabilidad de criar un hijo, sino gastos y una vida de más pobreza aún. Quizás ese bebé representaba una forma de escape del trabajo degradante que su madre practicaba. Su madre quizás razonaba que solo sería cuestión de tiempo para que su bebé creciera y fuera un hombre que cuidaría de ella para así no tener que prostituirse nunca más. O tal vez el bebé simplemente representaba ese apego cercano entre una madre y su hijo. En cualquier caso, Salomón tomó la decisión de partir al bebé por la mitad para descubrir quién era su madre en realidad. Él sabía que el bebé sería demasiado querido para la verdadera madre y que esta se opondría a que su bebé acabara cortado en dos pedazos. Hay una gran lección para nosotros en esto. Satanás siempre ha estado susurrando en nuestros oídos que tomemos las cosas de valor, y aun las cosas santas, y que las partamos por la mitad. Tal vez él nos anima a cortar nuestro tiempo de devoción con Dios por la mitad. Nos exhorta a cortar el tiempo que pasamos en oración por la mitad. Él nos anima a que recortemos el diezmo del Señor por la mitad. En cuanto a lo social, quiere que partamos nuestro amor en dos: la mitad para nuestra esposa, y la mitad para una amante. Quiere que en nuestro trabajo seamos negligentes y que solo demos la mitad de nuestro verdadero potencial. Él quiere que los sábados no vayamos al culto entero, sino que procuremos ir a la mitad del servicio, o sea, al culto divino. Él quiere que lo partamos todo por la mitad. Satanás quiere que tomemos las cosas preciosas de Dios y de la vida y las cortemos por la mitad hasta que perdamos la sensibilidad y las cosas de suma importancia se vuelvan sin importancia. Pide a Dios sabiduría hoy para mantener las cosas del Señor y las cosas buenas de este mundo enteras y no en mitades. Quiera Dios que puedas presentarle completo todo lo que a él pertenece.
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.
¿Te has preguntado alguna vez por qué dos prostitutas se peleaban tanto por un hijo? Después de todo, los bebés de ambas eran ilegítimos. Cualquiera de las dos que se quedara con el bebé iba a tener que enfrentar una vida mucho más difícil, que implicaba no solo la responsabilidad de criar un hijo, sino gastos y una vida de más pobreza aún. Quizás ese bebé representaba una forma de escape del trabajo degradante que su madre practicaba. Su madre quizás razonaba que solo sería cuestión de tiempo para que su bebé creciera y fuera un hombre que cuidaría de ella para así no tener que prostituirse nunca más. O tal vez el bebé simplemente representaba ese apego cercano entre una madre y su hijo. En cualquier caso, Salomón tomó la decisión de partir al bebé por la mitad para descubrir quién era su madre en realidad. Él sabía que el bebé sería demasiado querido para la verdadera madre y que esta se opondría a que su bebé acabara cortado en dos pedazos. Hay una gran lección para nosotros en esto. Satanás siempre ha estado susurrando en nuestros oídos que tomemos las cosas de valor, y aun las cosas santas, y que las partamos por la mitad. Tal vez él nos anima a cortar nuestro tiempo de devoción con Dios por la mitad. Nos exhorta a cortar el tiempo que pasamos en oración por la mitad. Él nos anima a que recortemos el diezmo del Señor por la mitad. En cuanto a lo social, quiere que partamos nuestro amor en dos: la mitad para nuestra esposa, y la mitad para una amante. Quiere que en nuestro trabajo seamos negligentes y que solo demos la mitad de nuestro verdadero potencial. Él quiere que los sábados no vayamos al culto entero, sino que procuremos ir a la mitad del servicio, o sea, al culto divino. Él quiere que lo partamos todo por la mitad. Satanás quiere que tomemos las cosas preciosas de Dios y de la vida y las cortemos por la mitad hasta que perdamos la sensibilidad y las cosas de suma importancia se vuelvan sin importancia. Pide a Dios sabiduría hoy para mantener las cosas del Señor y las cosas buenas de este mundo enteras y no en mitades. Quiera Dios que puedas presentarle completo todo lo que a él pertenece.
Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.
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