Muy débiles son sus esperanzas; han puesto su confianza en una telaraña (Job 8: 14).
Me encontraba terminando mis estudios de preparatoria y los planes eran trabajar un año para conseguir recursos e ir a estudiar inglés. Yo sabía que conseguir un buen trabajo no era tan fácil, en ocasiones tomaba semanas o meses encontrarlo. Pero a pesar de eso fui a Dallas, EE. UU. Llegué a casa de unas primas. Pasaban los días y empecé a sentir nervios por la espera y la incertidumbre de lo que vendría. Cada día le pedía a Dios que me ayudara a encontrar un buen empleo.
Muy pronto llegué a olvidar que Dios tenía mi vida en sus manos, que él era mi Padre amante, que él estaba a mi lado en todo momento y que prometía estarlo durante toda mi vida. Todo esto me trajo mucho estrés, lágrimas y un profundo desánimo. Mis padres y otros familiares me decían: «No te preocupes, pronto vas a encontrar un trabajo, esto no es de la noche a la mañana; vas a ver que si esos son los planes de Dios, él te va a dar un buen trabajo». Fueron días en los que seguía enceguecida por mi necedad e imprudencia. Pero a pesar de nuestra incredulidad, de apoyarnos en nuestras fuerzas y olvidarnos de él, en su infinito amor nos tolera y nos da más de lo que le pedimos. Por la gracia de Dios encontré un trabajo excelente, con una familia cariñosa, lo cual me dio los recursos necesarios para que fuera a estudiar y mucho más aún de lo que había imaginado. Fue entonces cuando comprendí que no debemos confiar en nuestras propias fuerzas, mucho menos en nuestra inteligencia, sino que debemos dejar que Dios cumpla su voluntad en nuestra vida.
Estoy segura que, al seguir la voluntad de Dios, encontrarás sorpresas que jamás habías imaginado, él las tiene preparadas para ti. En esta mañana te invito a que entregues tus planes en las manos de Dios, que confíes en él. El Señor actuará en el momento indicado y te dará mucho más de lo que tú deseas. Agradezco infinitamente a Dios por guiar y dirigir mi vida.
Me encontraba terminando mis estudios de preparatoria y los planes eran trabajar un año para conseguir recursos e ir a estudiar inglés. Yo sabía que conseguir un buen trabajo no era tan fácil, en ocasiones tomaba semanas o meses encontrarlo. Pero a pesar de eso fui a Dallas, EE. UU. Llegué a casa de unas primas. Pasaban los días y empecé a sentir nervios por la espera y la incertidumbre de lo que vendría. Cada día le pedía a Dios que me ayudara a encontrar un buen empleo.
Muy pronto llegué a olvidar que Dios tenía mi vida en sus manos, que él era mi Padre amante, que él estaba a mi lado en todo momento y que prometía estarlo durante toda mi vida. Todo esto me trajo mucho estrés, lágrimas y un profundo desánimo. Mis padres y otros familiares me decían: «No te preocupes, pronto vas a encontrar un trabajo, esto no es de la noche a la mañana; vas a ver que si esos son los planes de Dios, él te va a dar un buen trabajo». Fueron días en los que seguía enceguecida por mi necedad e imprudencia. Pero a pesar de nuestra incredulidad, de apoyarnos en nuestras fuerzas y olvidarnos de él, en su infinito amor nos tolera y nos da más de lo que le pedimos. Por la gracia de Dios encontré un trabajo excelente, con una familia cariñosa, lo cual me dio los recursos necesarios para que fuera a estudiar y mucho más aún de lo que había imaginado. Fue entonces cuando comprendí que no debemos confiar en nuestras propias fuerzas, mucho menos en nuestra inteligencia, sino que debemos dejar que Dios cumpla su voluntad en nuestra vida.
Estoy segura que, al seguir la voluntad de Dios, encontrarás sorpresas que jamás habías imaginado, él las tiene preparadas para ti. En esta mañana te invito a que entregues tus planes en las manos de Dios, que confíes en él. El Señor actuará en el momento indicado y te dará mucho más de lo que tú deseas. Agradezco infinitamente a Dios por guiar y dirigir mi vida.
Rosalba Karina Ortíz Sáenz
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.
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